Capítulo 4.

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Pov Kim Sang Yeon:

JungMin: solos.

Dijo cuando estamos en tienda de acampar. Cuando nos fuimos del reino, no hubo problemas ya que todos se escondieron para protegerse, una vez que estuvimos suficientemente lejos, levantaron varias tiendas para pasar la noche.

Estoy sobre una piel de oso con la mirada baja, lo miro de reojo, él se mantuvo muy pensativo de lo normal, me gustaría saber que le pasa esa cabeza suya.

Se inclina para besarme pero con dulzura, esa sensación es nueva para mi pero eso no significa que no le responda como debe ser. Sus manos empuja mi cuerpo para estar recostado.

Yo: m-mi señor...

JungMin: ahora no.

Susurra sobre mis labios, volviendo a unirlos, sus manos quita lentamente la tunica, todo es nuevo para mi, me tocaba con suavidad, sus besos se volvieron desesperados. Una vez expuesto a él, baja sus labios en mi cuello hasta mi ombligo, repartiendo besos en el camino.

No puedo evitar sonrojarse cuando está en frente de mi miembro, nunca hacia estas cosas, sólo besaba mi cuello y me ponía o me pongo en cuatro, nada más. Tapo mi boca rápidamente cuando se me escapa un jadeo, su boca...su boca está chupando mis partes privadas, la sensación es desconocida, trato de respirar con normalidad pero es imposible, mi cara arder, sin poder evitar coloco mis manos sobre su cabeza, empezando a gemir, cerrando los ojos fuertemente.

Quería decir que lo sacará, un cosquilleo debajo de mi vientre indica que lo saque de ahí, me arrepentire lo que haré pero jalo su pelo para sacarlo pero hacia fuerza, terminando en su boca, relajo mi cuerpo y trato de calmar la respiración, siento todo mi cuerpo pegajoso.

Yo: l-lo siento...señor...

Él se limpia la comisura de sus labios, desvió la mirada algo nervioso, estoy agotado para defenderme. Se posiciona enzima mío, agarra mis piernas para separarlos, sabiendo lo que se viene, cierro los ojos, preparándome mentalmente el dolor. Pedazo de carne ingresa lentamente, esto también es nuevo para mi, siempre entra de golpe, su embestidas fueron lentas, sintiendo nuevamente la sensación que no me desagrada.

No quería que nadie nos escuche, sería vergonzoso, tapo mi boca con ambas manos, mi amo sólo aumenta los movimientos, tocando un lugar que me hace perder el control pero él saca mis manos para besarme, otra vez mi miembro de pone dura, trato de reaccionar, me está besando, ¡me está besando! en estos años que estoy a sus servicios, nunca lo hizo. Ambos soltamos nuestras esencias al mismo tiempo, sale de mi interior, donde sale las gotas de semen. Se acuesta a mi lado, ambos sólo miramos al techo agotados aunque duró poco ha que el cansancio me dominó.

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Abro los ojos al escuchar ruidos afuera, debe ser que la hora de movernos, miro a mi señor quien sigue dormido, su cara angelical es hermosa una lastima que casi todo el día mantiene el ceño fruncido. Todavía no entiendo el repentino cambio pero no me desagrada en absoluto, me gustaría que sea así todo el tiempo, agarró mi tunica para tapar mi desnudez, no quiero que alguien entre y me encuentre así, mi ropa está tan sucia y rota, debería hablar con Roda para obtener un cambio de ropa.

Parpadeo varias veces cuando el sol ingresa a la tienda, creo que soy adivino, el soldado me mira fijamente, escojo los hombros, me está poniendo incómodo.

Soldado: llama a tu señor, nos vamos.

Una vez sólo, suspiro, dejando salir el aire que contenía en la presencia del desconocido. Miro a mi señor antes de tocar su hombro y moverlo com suavidad, hace una mueca antes y abrir sus ojos, volviendo a arrugar sus cejas.

Yo: mi señor, me informaron que es hora de irnos.

Sólo se levanta, poniendo su ropa, yo sólo me mantengo quieto, todavía no me ordenó nada, agarra su báculo, haciendo un movimientos y de un parpadeo, la tienda como las pieles desaparecen, me levanto de golpe cuando todos nos miran. Camino atrás de mi señor con la mirada en el suelo.

DongHae: ya era hora.-se acerca, montando con su caballo negro, siempre mostrando que es como un rey, me mira con una sonrisa.-pense que no despertarían por están juguetones casi toda la noche.-me sonrojo de golpe aunque mi señor sólo se sube al caballo sin ninguna expresión. El general mira a sus hombres.-¡vamos!, nos quedan mucho para llegar a Esmeralda.

¡¿Esmeralda?!, miro a mi señor algo sorprendido y preocupado, esmeralda es un reino olvidado, supuestamente no tienen guerreros y por eso nunca lo atacaron por no ser amenaza o eso creímos. Esa pueblo contiene magia oscura pero sólo hay pocos hechiceros ahí que fueron condenados, no pueden salir del reino. Empezamos a movernos, yo sólo camino al lado del caballo de mi señor, si entramos ese reino sería un suicidio, no quiero vivir ahí, sus leyes son peores que mi reino...o cualquier otro reino.

Espero que Roda tenga un plan.

Continuará...

𝑸𝒖𝒊𝒆𝒓𝒐 𝒕𝒆𝒏𝒆𝒓 𝒓𝒆𝒔𝒑𝒖𝒆𝒔𝒕𝒂𝒔. ||𝙻𝙶𝙱𝚃||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora