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VOLABAN A UNA VELOCIDADDEMENCIALSOBRE ASGARD TRATANDO de escapar de sus persecutores, sin ser sigilosos en lo absoluto. Pero Thor nunca había manejado una nave y se negaba a darle el mando a Loki por obvias razones. Tomada de la consola, unos pasos detrás de ambos hermanos, Astrilde no apartaba su mirada del Dios del Engaño. Cuidaba cada paso que daba, cada lugar al que sus manos se movían. Nunca podría confiar en él sin importar el tiempo que pasara, ni aunque tratara de redimirse. Pero claro que a él no le importaba y no tenia razón para buscar su perdón, por lo que ni siquiera intentaba. Solo seguía siendo una pesadilla para ella.
Frente a ellos estaba parada Jane y de un momento al otro cayó al suelo. Astrilde observó su pecho subir y bajar, estaba bien. No era necesario que fuera a asistirla, podía mantener su distancia. La midgardiana no le terminaba de agradar y, aunque no quisiera admitirlo, era porque se encontraba celosa. Thor no se había hecho el tiempo de ir a verla a ella pero si de bajar a Midgard por Jane.
—Oh, cariño —masculló Loki—, ¿está muerta?
—Jane.
Astilde sintió una opresión en su pecho al oír la preocupación en la voz de Thor. Pero era su amiga, ¿no? Era normal que se sintiera así por ella cuando acababa de caer al suelo, ¿verdad?
Pero por mucho que tratara de convencerse a ella misma no podía evitar aquel sentimiento, su estomago revuelto y una ira inexplicable. Con una sonrisa ladeada Loki le dirigió una mirada divertida sobre su hombro y tras unos segundos de observar sus ojos celestes ella apartó su mirada. Mientras los de Thor le hacían recordar un océano, los de él representaban el mismísimo hielo, con su misma frialdad.
—Estoy bien.
Thor volvió a concentrarse en pilotar tras la respuesta de Jane, que si bien seguía en el suelo estaba consciente. Pero como aún era un novato le dio con una de las alas a una estructura, una más de las tantas a las que ya había golpeado.
—Ni una palabra —le advirtió a Loki.
De pronto comenzaron a perseguirlos más naves y Astrilde sintió su cuerpo tensarse mientras alternaba su vista entre Loki y lo que sucedía afuera.
—Ahora nos están siguiendo.
Las mismas naves que los perseguían de pronto comenzaron a dispararles y Thor ya no sólo tenía que estar pendiente de esquivar estructuras frente a él sino también de esquivar las balas.
—Ahora nos están disparando.
—Si, gracias por los comentarios, Loki, no me distraen para nada.