Harry

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El comedor esta lleno de personas y muchas voces se superponen unas con otras creando un barullo de risas y charlas amenas pero para Harry, todo ruido y movimiento no lo siente, lo único que escucha es su respiración entrecortada y el latido de su corazón desbocado; sabe que lo que esta a punto de hacer puede causar tanto una buena reacción como mala, esto puede que defina la relación que tenga con los Weasley de ahora en mas y...no quiere, no quiere que la forma en la que le tratan cambie por algo así pero sabe que no puede ocultarlo por mas tiempo si realmente quiere ser feliz al lado de Draco, si realmente quiere que algún día Draco también pueda ser partícipe de momentos como este con su familia tiene que decirles, respira hondo y deja salir un pesado suspiro "vamos Harry solo suelta lo, haz honor a tu casa y se valiente" Sabe que si no lo dice ahora no podrá decirles hasta mucho, mucho tiempo después y quizá sea demasiado tarde para entonces. Lleva un año siendo pareja de Draco, un año de vivir su relación en secreto, en las sombras, como si se tratase de algo malo, de lo que avergonzarse, y no lo es. Ambos lo habían hablado, ninguno de los dos quería seguirse escondiendo, verse cada vez que puedan escabullirse de sus amigos, conocidos o familiares, querían poder estar con la familia del otro sentados juntos en un sillón, con las manos entrelazadas y dándose miradas llenas de sentimientos, querían quitarse ese peso de la espalda.

Una semana atrás Draco lo había hecho, le había mandado una carta a su padre a Azkaban y había cenado con su madre para contarle, ninguno de los dos había reaccionado bien, lo que tenia a Draco destrozado, se había mudado a Grimmauld Place con Harry pues su madre le había pedido marcharse de la mansión, durante 3 días el azabache estuvo rompiéndose la cabeza pensando que hacer para que Draco se sintiera mejor y una día después le llego la oportunidad perfecta: le diria a su familia, el ya lo había hecho, era su turno ahora incluso si las cosas no hubieran salido como salieron el tendría que haberlo hecho de todas formas, solo esperaba que ellos se lo tomaran mejor.

Se armo de valor y carraspeo, nadie le oyó, carraspeo más fuerte haciendo que las conversaciones pararan en seco, todos le miraron interrogantes y el miedo volvió a invadirlo, sus manos temblaban y sudaban pero ya no había vuelta atrás.

- Harry, querido ¿que sucede? ¿Te encuentras buen? - le dijo la señora Weasley con tono preocupado - Yo, quiero contarles algo, desde hace mucho que he querido pero me daba miedo como reaccionarían - hubo una pausa, nadie pronuncio palabra, todos estaban confundidos - Ustedes me dieron una familia cuando yo no tenia idea ni de lo que era, viviendo con mis tíos, creyendo que realmente algo muy malo debían ver en mi como para que me aborrecieran de ese modo, pero ustedes, incluso teniendo ya una familia grande y amorosa, me abrieron las puertas de su casa desde el inició y me trataron como uno mas. Y tenia miedo de que, cuando les dijera, ustedes también creyeran que había algo malo conmigo - la voz de Harry se escuchaba rota, parecía genuinamente afectado, Molly se paro de su silla y camino hacia Harry, le abrazo y le dio un beso en la coronilla luego volvió a su asiento - durante los últimos años me di cuenta de algo, algo que al principio me hizo odiar me, me hizo sentir miedo, me hizo pensar que tal vez, mis tíos tenían razón y había algo malo en mi. Con el tiempo, me di cuenta de que no tenia nada de malo, que algo así no me definía, sólo era una parte de todo lo que conforma mi personalidad, una parte de todo lo que me hace ser quien soy - para este punto lagrimas caían de forma silenciosa por las mejillas de Harry y su voz se escuchaba entrecortada y frágil - Yo solo espero que ustedes no cambien conmigo por eso.... Sigo siendo yo, sigo siendo Harry, aquel chico que muchos de los que están en esta mesa conocieron a sus 11 años, con el pelo revuelto, las gafas rotas y ropas varias tallas mas grandes. El chico que tiene un imán para los problemas y no tiene sentido de auto preservación muchas veces. Pero sobre todo... El chico que desde que les conoció, les a amado con todo su corazón y su alma...y moriría y mataría por cada uno de los que están aquí sentados - algunos miembros en la mesa ya habían empezado a soltar lágrimas traicioneras y a soltar pequeños y débiles sollozos (Molly, Hermione, George, Ginny y Arthur) - Yo....soy gay - el silencio se extendió por un par de segundos, segundos que para Harry se le hicieron interminables y para cuando la esperanza de que se lo tomaran bien estaba casi extinta, Molly se paró, llorando le abrazo como nunca antes lo había hecho, lleno su cara de besos y dijo – Harry, cielo ¿realmente crees que no te aceptaríamos por algo así?. Eres mi hijo, incluso si no estuviste en mi vientre como todos los demás, desde el primer día en el que te vi a los ojos, supe que eras mi hijo. Y no hay nada que puedas hacer que me haga odiarte o despreciarte, menos por algo tan bello como es amar – la mujer envolvió al joven en un abrazo y dejo que su cabeza se apoyara en su pecho como si fuera un niño pequeño y le achuchaba por una pesadilla. De a poco todos los demás se acercaron a unirse al abrazo.

Después de todo, no le fue tan mal.

Especial: Día del Orgullo LGBTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora