Capítulo 6: Mi último

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Luego de que los dos se reconciliaron, Mean entró en la habitación, revisó a Alexander y luego los vio con una sonrisa.

—Me alegra que hayan arreglado sus diferencias.

—Debo admitir que no hubiera sido posible sin ti. —Le contestó Gulf.

—Siempre estoy dispuesto a ayudar a mis amigos. —Después de decir eso, el alfa abandonó la habitación.

Mew y Gulf lo despidieron al salir y tanto el alfa como el omega velaron por la salud de su primogénito que había pasado todo el día dormido, luchando contra la enfermedad que lo aquejaba. Los dos saludaron a cada enfermera que entraba a administrarle medicamento a su hijo y agradecían por su cuidado, también agradecían a Mean cada que éste entraba en la habitación. Cuando se quedaban solos, el alfa le daba ánimo al omega, intentando que éste se tranquilizase ya que la neumonía de su hijo era grave pero no muy grave por lo que con el medicamento bastaría y dentro de poco lo verían con sus ojos abiertos, riendo y jugando de nuevo.

De esta manera fue en la que pasaron la madrugada de ese cuatro de mayo y en el momento en que la luz del día alumbró todo de nuevo, la voz dulce de Nozomi hizo que la pareja voltease a la puerta de la habitación.

—Hola papi Gulf, hola papá de Alex.

Ambos mencionados sonrieron y saludaron a la pequeña.

—Hola princesa.

—¿Cómo estás Nozomi?

La pequeña tenía puesto un pitufo y cubre bocas.

—Buenos días, supongo que los dos ya están bien. —Dijo Win entrando al cuarto.

—Sí. —Dijeron los dos.

—Qué bueno, Alexander había estado muy triste porque no había visto a su papá últimamente, Bright me dijo que un día el pobre había estado llorando en la camioneta porque extrañaba a su papá.

Escuchar eso fue como una cubetada de agua fría para Gulf, el omega había estado tan ensimismado en su propio sufrimiento que olvidó que su pequeño también resentía el que Mew se hubiera alejado de ellos.

—Alex tenía miedo de que su papá ya no lo quisiera. —Dijo Nozomi con voz triste. —, papá de Alex, ¿eso es cierto?

Mew se agachó a la altura de la niña y negó.

—No, eso no es verdad, yo amo a Alexander con todo mi corazón, así que si a la próxima lo vez triste por algo similar, dile que no tenga miedo porque su papá lo ama mucho.

La pequeña asintió y luego caminó hasta su papi.

—Volveré en unos minutos, Bright está abajo esperando por Nozomi, él la cuidará hoy porque le di permiso de faltar a la escuela para que viese a Alex.

Tanto Mew como Gulf asintieron y dejaron que el omega se fuese.

—Soy un padre terrible...

—Bii, no digas eso, eres un padre estupendo.

—Pero si hubiera notado los sentimientos de mi hijo...

—Gulf, nadie puede leer la mente de los demás y el que lo supieras no hubiera cambiado nada, ¿o sí?

El omega lo pensó antes de negar.

—No...

—Lo bueno es que estamos aquí y ahora para él.

—Aunque yo no esté de acuerdo con eso. —Mean entró de nuevo en la habitación.

—¿Por qué? —Gulf lo cuestionó ligeramente ofendido.

Hold Me TightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora