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︵‿︵୨˚̣̣̣͙୧ - - 𝐒𝐄𝐑𝐄𝐍𝐃𝐈𝐏𝐈𝐓𝐘 - - ୨˚̣̣̣͙୧‿︵‿
𝑓𝑖𝑛𝑑𝑖𝑛𝑔 𝑠𝑜𝑚𝑒𝑡𝘩𝑖𝑛𝑔 𝑔𝑜𝑜𝑑 𝑤𝑖𝑡𝘩𝑜𝑢𝑡 𝑙𝑜𝑜𝑘𝑖𝑛𝑔 𝑓𝑜𝑟 𝑖𝑡.
╺╼╼╼╼╼╼╼╼╼╼╼╼╼╼╼╼╼╼╼╼❁⿴⃟͜᷼᎒⃟❒۪۪༘
El sonido de los cañones. El sabor de sangre en tu boca. La tierra en tu piel. Tus ojos entumecidos. Tus manos secas. Sentimiento de venganza. Sentimiento de crueldad. Sentimiento de amor. Sentimiento de compasión. Sentimiento de melancolía. Sentimiento de soledad.
Sin sentimientos.
Esto es lo que somos; un producto de la guerra. Igual que una mosca devorando la dulce sustancia de las plantas antes de ser devorada por una planta carnívora, nos venden honor y gloria por el cómodo precio de matar a 23 personas, 23 inocentes, 23 niños. Al igual que una planta carnívora juega con su presa, el Capitolio juega con nosotros antes de enviarnos para morir. Morir frente a los ojos de todos. Morir frente a los ojos de tu familia. Morir frente a los ojos de tu amado o amada. Morir frente a los ojos de aquellos capitolinos, mientras aplauden, animan y apuestan. Cómo si fuera un partido de fútbol. Cómo si nuestras vidas fueran un juego.
Ese es el entorno en el que tenemos que crecer, un entorno cruel, desagradable y frío que te obliga a desconfiar desde tu niñez, que te arrebata la infancia sin piedad. Puede que te la arrebate encerrado en una academia para aniquilar, puede que te la arrebate con cada suspiro que das mientas sigues con la mirada las manos cubiertas por guantes de extravagantes colores que se acercan al montón de papeles para elegir un nombre, para elegir una vida que gastar.
¿Cómo puede ser que en un entorno así, con perspectivas totalmente diferentes de aquella tiranía, dos personas puedan apoyarse el uno en el otro? Sus manos estaban cicatrizadas con asesinatos, pero aún así, ella confiaba en ellas plenamente. Él podría haberla matado fácilmente sin remordimiento, pero algo sobre su mirada cerúlea paralizaba sus instintos, los instintos que crearon en él lavándole el cerebro para convertirse en otro de ellos. Otro de aquellos chicos que nunca tuvieron un hogar, pero que el campo de batalla era dónde se sentían más seguros.
