Innocent Lover: Start The Game {MOSHI} Terminada ✓

Gáname

La luna ausente nos convirtió en secreto, y en medio de la oscuridad, mirarlo se volvió sacrilegio.
Prometí eternidades efímeras cuando aun no comprendía que ese momento seria mi perpetuidad y que su piel terminaría siendo la marea que arrastraría mi alma hacia la orilla que una luna vacia no supo develar. Comence a jugar un juego sin la opción de perder y bajo el sonar magico de su voz, el elixir cálido de sus labios y el danzar etéreo de su cuerpo, las reglas se fueron desdibujando. Ganar o perder, recordar u olvidar, guiar o fluir, quien hacía qué, quien era o qué debía ser.
Sus manos subieron y bajaron por las montañas de mi cuerpo creando avalanchas sin notarlo, mientras el aroma a bosque que emanaba se flitraba por mi respiración trayendo a mi presente una reminiscencia que se hayaba perdida en un olvido náufrago. Mis propias palabras se volvieron dardos venenosos que se clavaron en mi cuerpo cuando un aullido implorante resonó en mi pecho y reclamó su victoria por sobre la mía, y aquellos brazos tersos que me rodearon como petalos de aconito terminaron por proclamarla.

🍃

La luz timida de un dia lluvioso perfilaba mi habitación, el roce de su pelo se sentía vivo en la yema de mis dedos y el vapor de su aliento aun formaba nubes de deseo en la curva de mi cuello. Sus pisadas eran tan delicadas como la caida libre de una hoja seca en el otoño mas humedo, pisadas que desaparecían detras de un velo de roble y metal que se abrió incluso antes que mis ojos, para volver a cerrarse poco despues de un último suspiro.

El sabor del café trepó por el aire hasta instalarse en mis labios cuando abrí la puerta de mi habitación, la calidez amarga mezclada con su frescura casi desvanecida me hacían querer mas, pero el día se iría y un trago caliente debería ser suficiente para despertarme del todo, porque los sueños, al igual que los juegos, siempre deben terminar.

"No creo que alguien sea capaz de preparar un mal café, pero seguro sos muy exigente asi que espero no termines tirandolo.
P. D: Gracias por mantener los ojos cerrados."

Las letras dibujadas que descansaban sobre un papel casi deshecho, que contaba las veces que pensó y repenso lo que diría, se mostraban nerviosas a un lado de la taza mientras unos numeros temblorosos adornaban el dorso de la hoja.

"Cumplí con la única condición, ahora te toca, ya tienes mi número."

- Debería cortarme la lengua.