Parte 3: Canta una vez más, Harry. Solo para mí.

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Bien, perdonen la tardanza, es que no me daba inspiración para seguir escribiendo. Espero que les guste esto, porque es MUY largo, me oasé toda la tarde escribiendo. Bueno. Me dicen que tal, igual falta el epilogo. El final final.

#Darklines

-¡Mierda! ¡DETÉNTE!

Gritó Louis entrando rápido al pasillo que daba a la celda donde estaba encerrado el niño rizado. Louis alzó las manos, y la vozno callaba. Sentía como cada parte dura dentro de él, se iba ablandando, volviéndose frágil, esperando más de esa voz.

Harry, por su parte no se callaba, se mantenía cantando, fuerte, audaz. No entendía por que, pero no quería dejar de cantar. Una sensación extraña lo invadía, no sabía lo que era. Le envolvía el pecho algo fuerte, sentía que si no dejaba de cantar, el corazón le saldría por la boca, y pronto moriría en una muerte lenta y dolorosa. Pero más tenia en su cuerpo, esa sensación tan extraña, sentía que los nudillos se le ponían blancos, que su piel generaba una especie de escalofríos, que su cuerpo se tensaba. Sentía muchas ganas de sonreír, de mantenerse de esa manera, cantando con Louis mirándolo hasta que el sol salga. Sentía su pecho rebosar de alegría, o de una sensación muy parecida. Harry recordó que le había explicado como se llamaba ese sentimiento, pero no recordaba como era su nombre. Pronto, Louis estaba postrado frente a las rejas de la celda, observando a Harry con la luz de la luna en sus electrizantes ojos azules, sentía que su pecho necesitaba de eso para vivir, de la voz que salía de las cuerdas vocales del rizado, sentía que si este dejaba de cantar, que su vida se derrumbaría frente a él, que su corazón ya no enviaría sangre a todo su cuerpo. Pero la canción había acabado, y ahora Harry se encontraba de pie, en silencio, observando a Louis postrado ante él con un brillo impertinente en los ojos, y una sonrisa brillante a la luz de la luna.

-¿Sucede alguna cosa?

Louis no parecía salir del encanto, miraba a Harry desde abajo, con los ojos brillosos, diciendo dentro de su mente “Vuelve a cantar, y no calles jamás”.

-¿L-louis?

Para la sorpresa de Harry, Louis no tenía reacción alguna. Aún se encontraba en el piso rogando con los ojos, una canción más.  Harry se preguntaba dentro, “¿Cómo iba a gustarle, si quería que callara?”

Louis miraba a Harry encantado, los rasgos de su rostro a la luz de la luna. Esos ojitos abiertos de par en par, con sus cejas bien depiladas, el color de sus pupilas dilatadas y su verde iris, sus labios algo carnosos, y morados por el frío. Louis encontró toda la belleza en esos hoyuelos que se le armaron en sus mejillas al sonreír. Louis no sabía que estaba sintiendo, pero en este momento, lo último que quería era cuidar a ese niño con carita de ángel que lo estaba observando con los ojos bien abiertos y pronunciaba con miedo su nombre, “Louis” Sonaba tan bien, era tan excitante ver como la palabra acariciaba su lengua, “Louis” ya nunca vería su nombre, de la misma manera.

-Ri-ricitos

Dijo saliendo de sus ensueños, con la cara desfigurada al toparse con la realidad. Harry lo observaba levantarse del piso con una mano, luego la otra y ya estaba arriba.

-¿Estás bien?

Louis sonrió, no quería ser grosero con él, pero necesitaba algo a cambio.

-Si, Gracias.

Dijo ahora molesto, no iba a sonreír. Pensó bien lo que acababa de hacer y se sintió estúpido. ¿Louis Tomlinson observando la belleza de una persona de su mismo sexo? Ni si quiera era capaz de notar algo bueno en las chicas hermosas que se le acercaban. Su cabeza empezó a dar vueltas, como su estómago y pronto en el pavimento helado del pasillo oscuro de la celda, dejó toda la cena allí arrojada.

Las mil y una noches - Larry Stylinson (One Shot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora