Los licántropos no protegen a los seres humanos.

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12° Los licántropos no protegen a los humanos

Es posible que mientras está en forma humana, el licántropo se preste a protegerle si usted figura entre sus "amigos", y con esto me refiero a aquella personas con la que establece contacto porque ser un marginado social es peligroso para ellos ya que los hace sospechoso, pero nunca en forma de lobo. Cuando se han transformado pierden la noción de su identidad, esto significa que sin duda puede atacarle aunque sea usted su "pareja", por lo que no va a protegerle de un accidente o el ataque de otro animal o persona; menos aún del ataque de otro licántropo, pues consideran a los de su especie su única y auténtica familia, y jamás se podrían contra ellos, ni aunque no los conocieran.

***

Habían pasado un par de semanas hundido en aquella burbuja de alegría que habían creado en Halloween, ahora que Billy estaba en su vida, oficialmente, todo era divertido, nunca estaba solo y había cumplido su sueño de tener un perro. Bueno, eso era algo cruel, que nadie se lo diga al Rubiales, pero era igualmente agradable estar con él en su forma lobuna.

Steve caminaba por el pasillo distraído con sus cuadernos, juraría que había tomado el física, pero no lo veía, y era algo tarde para volver a su taquilla. Bueno, seguro que Billy le prestaba luego sus apuntes o le dejaría sus deberes si le preguntaban a él. El moreno entró a la clase y sus ojos fueron directos en búsqueda del rubio, siendo un fracaso la misión, Billy no estaba por ningún lado. Raro, Hargrove jamás faltaba clase... a menos que fuera para estar con Steve, y sin duda no estaba con él. Cuando la clase terminó, saliendo ileso de ella, Steve fue corriendo al aula de matemáticas, la asignatura que le tocaba a Billy a continuación, solamente para encontrarse con que tampoco estaba allí.

-¿Pero qué...?

Esto no tenía sentido ninguno. El moreno se saltó su clase de lengua para ir en busca de Max, sabía que la chica tenía ahora gimnasia y, conociendo al entrenador y siendo él quien era, no sería difícil apartarla un momento para preguntarle. Pero Max tampoco estaba.

-Ey, ey, Steve -se acercó Dustin esquivando la mirada del entrenador -¿Qué haces aquí?

-Buscaba a Max

-Oh, no han venido hoy, ¿no te has dado cuenta de que el Camaro no está?

Steve no se había dado cuenta, llegaba tarde y ya tenía la cabeza hundida en la mochila para ver lo que le faltaba, así que no se había percatado de ello.

-No...

-Mira que...

-¡Henderson! -rompió el ambiente la voz del entrenador

Dustin volvió corriendo junto al grupo y Steve desapareció antes de que el entrenador pudiera averiguar quién era el responsable. ¿Billy no había ido? ¿Tampoco Max? Steve no sabía demasiado sobre la famila Hargrove pero tenía claro que el padre era muy estricto con respecto al colegio, exigiendo asistencia impoluta y notas magníficas. Billy y Max debían estar enfermos al borde de la muerte para que el Señor Hargrove tolerase su ausencia. Aquel pensamiento le revolvió entero, Billy enfermo, en su casa con el monstruo de su padre, sin que nadie le cuidase.

Steve ignoró sus deberes estudiantiles, igualmente ahora tenía inglés y química, asignaturas en las que siempre suspendía sin importar cuanto trabajase, no merecía la pena. Salió al frío del otoño, cada vez se acercaba más el invierno, y subió a su coche para ir a casa de Billy. No condujo con prisas, no quería que Hopper le interceptase o algo parecido, la velocidad junto a las pellas sería algo duro. Steve llegó en poco tiempo, a esa hora todo el mundo trabajaba o estaba en el instituto, así que no había nadie en la calle. Bajó y fue a la casa de los Hargrove, no siendo tan estúpido como para llamar a la puerta, giró hacia el jardín para llamar a la ventana de Billy, una ventaja de ser tan alto. Sus nudillos tocaron suavemente el cristal tres veces antes de que las persianas se recogieran y el rostro del rubio apareciera.

Moon's ChildDonde viven las historias. Descúbrelo ahora