¡Hey! Dice mi amigo | SeHo

011. Un día MUY soleado

JunMyeon estaba sentado, jugando con sus dedos de forma nerviosa, mirando a su alrededor de vez en cuando, ya habían pasado diez minutos desde que llegó a la biblioteca, había ido directo al tercer piso y buscó asiento en el balcón, era el lugar perfecto para leer tranquilo y a la vez mantener una charla casual sin que a alguien le moleste que esté hablando. Se puso cómodo en el asiento, mientras esperaba a SeHun, quien ni siquiera le había mandado un mensaje de texto por lo menos para avisar que estaba cerca.

Volvió su vista hacia el libro que había tomado, era un libro con ilustraciones de Edgar Allan Poe, lo eligió solo para distraerse y también porque era muy fan de la literatura de terror y misterio. Leyó unas cuantas páginas hasta que escuchó unos pasos rápidos aproximarse a él.

–Lamento mucho la tardanza –la voz medianamente suave de SeHun logró hacer que levantara su mirada del libro–. No sabía en cuál de todos los pisos podrías estar –rascó su nuca con nerviosismo, el cual, de hecho por suerte para Oh, fue imperceptible para JunMyeon.

–No te preocupes, debí haberte avisado –JunMyeon le dedicó una gran sonrisa mientras señalaba el asiento frente suyo–. Anda, siéntate –SeHun asintió e internamente rogó a los cielos que el palpitar acelerado de su corazón no fuera percibido por el menor.

Se sentó frente al joven bajito, ambos se miraron por más minutos que los que Oh creía que podría resistir. Jun estaba nervioso, mantenía una sonrisa tímida en sus labios mientras observaba con detalle el rostro de SeHun.

Era hermoso, incluso podría ser la musa para alguno de sus poemas. Rápidamente descartó la idea.

Cielos, que estoy pensando.

–¿Qué libro es? –habló por fin.

–Aquí dentro siempre llueve, un poemario –SeHun mantuvo la vista en el libro, de repente toda la confianza con la que había salido de su casa se esfumó.

–¿Puedo verlo?

–Sí, de hecho lo traje para ti –la expresión de JunMyeon fue una gran mezcla de asombro y confusión, causando que SeHun entrara en pánico–. E-Es el libro favorito de mi amigo y bueno, le hace bastante ilusión que lo leas –asintió, era cierto, SeHun probablemente estaba aquí solo para sacarle información, ¿por qué saldría con él de todas formas?

–Lo leeré entonces –tomó el libro y lo guardó en su mochila, SeHun notó el ligero cambio de humor del bajito, lo supo porque su voz suave de repente se había tornado más tosca, se golpeó internamente pensando en por qué la había cagado.

–Hoy te ves radiante –soltó sin más, pensando que aquello sólo era un eco en sus pensamientos.

–¿Ah?

–Digo, ehh, no sé si es por el sol ya sabes –tartamudeó torpemente.

–SeHun, hoy está nublado.

Y sintió sus mejillas tornarse de un suave tono rojizo, lo miró con pánico creyendo que JunMyeon se iría o algo por el estilo.

Pero nada de eso pasó.

Kim comenzó a reir, era la risa más dulce que alguna vez tuvo el atrevimiento de llegar a sus oídos.

Resultó que la risa de JunMyeon era lo único que necesitaba para calmar el revoltijo de sentimientos que tenía y rio de igual forma, contagiado por la felicidad que transmitía el chico frente suyo.

–No creí que fueras tan gracioso.

SeHun era realmente afortunado de que Kim fuera lo suficientemente inocente, o tonto, para no captar la mirada melosa, el sonrojo y los suspiros enamorados que lanzaba de vez en cuando.