xxxi. efectos colaterales

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VICTORIA,
capitulo treinta y uno: efectos colaterales!


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7 meses después.

          MARKUS BELOVA CREÍA EN LOS EFECTOS COLATERALES DE LAS COSAS, simplemente de los hechos y de las cosas que se desenvuelven en la vida misma, causantes de tantas fortunas y de tantas desgracias. La única cosa de la que él era seguro era que nadie sabía que pasaría al día siguiente o el siguiente, o el siguiente; todo era demasiado incierto para poder declararlo con certeza, ni siquiera él sabía si viviría el próximo día al lado de su amada o terminaría siendo enterrado muchísimos metros bajo tierra luego de una muerte penosa. Todo era subjetivo, todo se encontraba sujeto a la subjetividad y nadie podía llegar a decretar lo que iba a pasar en un libro, si no, todos estarían luchando por cambiar el destino final para poder prolongar sus míseras vidas. Markus había aprendido algo en sus días como cadete en la Habitación Roja, no solo a ser una simple máquina de matar, especializada en extraer información y utilizar su cuerpo como arma — no, no, le enseñaron a tener un propósito en la vida. Dreykov se encargó de darles a todos ese concepto, de metérselos en la cabeza como si fuese un tornillo.

          Todos tenían un propósito en la vida.

          (O al menos, el Markus de 15 años lo entendió así.)

          Luego, pasó lo que Markus pensó que debía pasar: terminar cayendo frente a una pelirroja a quien le salvó la vida una vez, formar una nueva familia con los miembros de su equipo, perder a quien él pensó que nunca llegaría a ser el amor de su vida en una guerra dividida y que el equipo se fragmentase poco a poco, dejando a muy pocos entre ellos, donde el todos luchaban por la supervivencia ínfima para poder descansar y vivir otro día más en aquella vida que llevaban. A Markus le parecía una ironía, que incluso él convirtiéndose en el villano, él podía haber cambiado su destino de una manera tan drástica — algo que incluso el castaño ni siquiera podía llegar a pensar. El propósito había cambiado y se dio cuenta de que todo no era para siempre, nadie podía permanecer en aquel limbo del infierno durante todo ese tiempo (a menos de que uno esté ya en el magnifico reino de los muertos).

          Todo cambiaban.

          Verán, Markus Belova había cambiado también.

          Y luego llegó Nueva York, luego la invasión, luego sus poderes y luego su libertad; todo en ese orden, cosa que terminó abrumándolo mientras lo pensaba. Luego, verán, vino la tranquilidad, la vida normal de un ciudadano, luego vino el caos y la traición de algo que era más grande que ellos, incluso hasta vino la confesión — cosa que no debía descartarse ya que eso lograba que el corazón de Markus se sintiese más cálido todavía al recordarlo. Markus se sentía cálido al recordar esas bellísimas palabras y eso no lo detuvo en nada, haciendo que se extendiese por todo su cuerpo de manera foránea y exquisita. El amor y el apego siempre fueron sentimientos peligrosos, pero su validación en la vida humana era más que suficiente, así que eso no los detuvo. Luego vino la caída y la liberación sobre todo lo que ocurría tras bambalinas con todo lo referido a mantener el mundo seguro. ¿Qué seguía en ese momento?

HELLFIRE ━━ Natasha Romanoff ¹ ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora