xxxvii. evoluciones desesperadas

405 41 1
                                    


VICTORIA,
capitulo treinta y siete: evoluciones desesperadas!


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


          MARKUS DEJÓ UNA CAJA EN LA PUERTA DEL CUARTO DE LOS BARTON, escuchando que Laura sermoneaba a Clint por ser imprudente una vez más en la misión y eso le quitó una carcajada al castaño; la cual atrajo la atención del matrimonio Barton. Laura le pidió que pasase, preguntándole si notaba alguna diferencia en la piel por la herida y Markus levantó ambas manos, alabando la magia de la doctora Helen Cho y su máquina de células regenerativas. Así Laura procedió a mirar a los otros Vengadores ayudar en el patio: Mikhail y Nicholai estaban jugando con los niños, Steve y Tony cortaban madera para armar un repertorio de leña; y Dominica estaba concentrada en traer varios troncos pesados más para Steve. Bruces y Natasha estaban en sus respectivas habitaciones, la última aseándose luego de una mañana algo agitada.

          —Si van a dormir aquí, alguno tendrá que compartir cama—ordenó la mujer embarazada—. Y no estoy dejando espacio para discusión.

          Clint soltó una carcajada—Bueno, me temo que no va a pegar.

          —Tranquila, Laura—replicó Markus con calidez—. Nos las apañaremos.

          —Gracias por traer la caja por mí, Markus—añadió Laura esbozando una sonrisa para luego dejar una prenda de ropa en un canasto—. ¿Has hablado con Nat? La cosa...está mal, ¿no?

          Markus apretó sus labios, buscando palabras correctas que capaz el no tenía—Con lo que ocurrió en la costa africana...Nat está muy tocada por algo y pienso indagar al respecto.

          —Eres la única persona en la que ella verdaderamente confía, Markus—dijo Clint colocándose una sudadera—. Puede que confíe en mí, pero nunca llegué a tener ese vínculo de confianza que tienen ustedes dos—su mirada se dirigió a su esposa—. Ultrón tiene unos aliados, unos chicos. Unos vagos, en realidad, pero llevan un palo muy gordo como Markus. Y a Nat le han dado un buen golpe.

          Belova bufó en voz alta, cruzándose de brazos.

          —Alguien debe enseñarle algunos modales—sentenció el arquero entonces, acomodándose su dispositivo auditivo.

          —Y ese "alguien" parecen ser ustedes dos—dijo Laura intercambiando miradas con los dos hombres—. De los hombres que llegaron a ser más honestos que cualquiera, ustedes dos son los indicados.

          —A veces pienso que no soy material para ser líder—negó Markus con la cabeza.

          —Estoy orgullosa del camino que tomaste, Markus, juzgando por lo que Clint y Nat me dijeron sobre ti—añadió la mujer Barton y siguió a su marido con la mirada—. También estoy orgullosa de ti, cielo. Pero veo a esos tipos...esos dioses...

HELLFIRE ━━ Natasha Romanoff ¹ ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora