Me levante por la mañana con mucha energía. Desayuno liviano, mi uniforme color bordó y lista para un largo día de trabajo.
- Hola pa... ¡Wow! -dije admirando los increíbles ventanales que daban a la calle, cuya luz que entraba a través de ellos le daba un aspecto muy sofisticado a la sala de estar.
- Las ventanas ya están listas, solo faltan los deslizadores.
- Se ve realmente increíble.
- Te dije que yo podía con esto - dijo con orgullo mi padre- ¿Y como te fue anoche? Ya se, no me digas, tu príncipe te vio y ¡Pum!...
- Vio a YangMi y se olvidó que yo estaba allí... Pero no te preocupes, me acostumbré, es normal, ella es hermosa.
- Tu eres hermosa también.
- No papá, todos los que me gustan piensan que soy mejor como la amiga perfecta.
- Ya llegará alguien, solo debes ser paciente.
Mi padre era la luz de mis ojos, siempre dándome ánimos y demostrando cuanto me ama. No digo que mi madre no lo hacía pero, a diferencia de papá, ella quería que cambiara, desde mi apariencia hasta mis "modales poco sofisticados", y mi intención no era exactamente esa, no me volvería una YangMi, solo quería vivir mi vida, sin aparentar y mentir.
- ¿Cuándo papá? ¿Cuándo llegará ese supuesto hombre que sienta que no puede vivir sin mi?
- Esta allí, afuera - dijo abrasándome.
- Si lo llegas a encontrar me avisas, estaré trabajando - reí y le di un beso en la mejilla antes de dirigirme a la puerta. - Por cierto, comprueba que tiene su dentadura completa - carcajeamos los dos. Abrí la puerta, pero el picaporte nuevamente quedo en mi mano, ya se estaba volviendo parte de mi rutina. - ¡Papá! - se dirigió a mi.
- Solo hay que apretar un poquito - dijo riendo y volvió con un taladro antes de que le reprochara.
Al salir de casa no podía creer lo que mis ojos veían. Era Min YoonGi bajando de su increíble auto deportivo.
- Así que vives aquí - dijo acercándose a la entrada - Creí que me había equivocado de casa.
- Ho...Hola, como supiste que vivo aquí?
- Tengo mis contactos - sonrió - Ademas conozco este barrio.
Mi papá sale de la casa al vernos, emocionado al conocer al basquetbolista, con el taladro en la mano. Es decir, no es común que un deportista de tal fama apareciera frente a nuestra casa.
- ¡Min yoongi! - se acerca a saludarlo, ofreciendo su mano la cual el muchacho recibió con gusto.
- Hola ¿Cómo esta? - dijo amable.
- El es mi padre - le dije al chico.
- Park, Park Jung Jae ¿Qué haces por estos lados?
Papá sería la envidia del barrio, cuando se enteraran los vecinos de que el jugador mas famoso de la liga se encontraba en nuestro patio.
- Venia a buscar a Yangmi - mi padre me miro un segundo y asintió levemente. Con un atisbo de desilusión. "Lo siento papá, pero este chico es demasiado para tu hija".
- No te quedes ahí, entremos - dije guiándolo a la casa, seguido de mi padre quien quito las bolsas que cubrían el sillón, para ofrecerle asiento al invitado - ¡Yangmi! - grite con la esperanza de que mi amiga se haya despertado ya - Aprieta un poquito- le digo a Yoongi quien estaba en un dilema para cerrar la puerta - Adelante - le invito al chico - ¡Yangmi!- grito mas fuerte.
- ¿¡Qué!? - se escucho en un tono de mala gana, efectivamente había interrumpido su preciado sueño. Eran las 9 de la mañana de un hermoso y soleado día sábado y ella seguía holgazaneando.
- ¡Tienes visita!
- En seguida bajo - dijo canturreando y con un tono dulce, seguramente ya vió el auto de Min estacionado frente a la casa y para variar ahora debe estarse arreglando, de otro modo, no se demoraría infiernos en bajar.
- Huele como a pintura.
- Oh, es verdad, hay que abrir una ventana - deje mi bolso en el sillón y al momento de abrirla, una parte de ella casi quedo en el suelo de no ser porque rápidamente la tome entre mis manos. "En serio papá debe llamar a alguien que le ayude".
- ¿Estas bien? - preguntó Min y yo solo asentí mirando a mi padre, el culpable.
- Solo hay que apretar un poquito -dijo inocente y sonriente. - En fin debo ir a la ferretería por los deslizadores. Y esta noche a por todo! - dijo refiriéndose al partido de los GoldenBoys de esta noche.
- Así será señor - dijo despidiéndose.
- ¿Por qué demora tanto Yangmi? - dije para mí acercándome a las escaleras. - ¡Yangmi! - grité nuevamente, pero ella volvió a contestar con un "ya bajo".
- ¿A qué te dedicas? - preguntó el chico de repente, mientras miraba la pila de libros en el mueble.
- Soy jefa de fisioterapeuta en un centro de rehabilitación.
- Debes ser buena - dijo como una afirmación a lo que simplemente asentí sonriendo leve.
- Llevo 6 años, me encanta hacerlo, mi meta es aprender mas y mejorar en ello, por eso tantos libros.
- ¿Min YoonGi, qué haces aquí? - dijo una "adormilada" Yangmi. Parecía el despertar de una princesa "¿Cuánto se había arreglado?" Al muchacho se le iluminó la mirada, "Oh Yoongi, si supieras".
- Se que solo fueron minutos en mi fiesta, pero sentí la necesidad de volver a verte. - mi amiga me miro, haciéndose la difícil o impresionada, la verdad no se que iba a hacer, pero yo decidí largarme de allí.
- Me voy al trabajo - tomé mi bolso y salí de casa.
- Hoy tengo partido, pero mañana ¿Cenarías conmigo?
- Yoongi, ya te lo dije en la fiesta, ya viví esto antes...
- Pero no conmigo.
- Pero no me conoces y yo no te conozco.
- Quiero conocerte, ademas, estoy seguro que Sook puede contarte cuan caballero soy.
- Esta bien, solo a cenar.
- Solo a cenar.
Aquella cena lo cambio todo. YangMi consiguió lo que quería.
Comenzaron a verse mas seguido, a salir de fiesta, juntadas con los amigos de YoonGi, eventos en los cuales la belleza de YangMi era la portada perfecta de las revistas de chimentos y moda.
Se volvieron la pareja del año.
Era lo que ella siempre quiso, estaba feliz por ella de cierta forma, pero no tanto de él.
El interés de YangMi era mas fuerte que el amor que sentía por YoonGi.
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Just Wright
FanfictionPark HeeSook, una fisioterapeuta se enamora de su paciente, un jugador profesional de baloncesto que está interesado en su mejor amiga. Pero... ¿Qué es lo que realmente le importa al corazón? ¿La belleza superficial o la del alma? ¿Qué jugada perfec...