Soy Vivi y soy un libro abierto

"Feliz cumpleaños"

Han pasado varias semanas desde que Vivi empezó a escribir en su cuaderno. Hay días donde escribe mucho, otros donde es poco. También hay días donde escribe, lee y rompe las páginas.

Al parecer esta terapia no es del todo mala para ella. Escribir le ayuda a exteriorizar sus sentimientos y espera desahogarse y tal vez, solo tal vez, sanar. Después de todo, siguió más de la semana que le había prometido a Ally.

Vivi acaba de regresar a casa del súper con su mamá. Después de ayudarla a guardar las compras. Va a su habitación, enciende la radio y su computadora. Sabe que debe seguir haciendo sus tareas pero no tiene nada de ganas. Así que se dedica solo a revisar su Facebook y se ríe como loca por los memes o vídeos graciosos que encuentra. 

Han pasado 30 minutos desde decidió que "haría tareas" fallando completamente. Cierra su laptop y mira como su ventilador gira justo arriba de su cabeza. Hoy es uno de esos días donde su cerebro no coopera, no quiere pensar o razonar, así que mejor decide buscar su cuaderno. Va y busca en el mueble de libros. Da unos cuantos pasos desde su cama al estante. Nada. No está. ¿Dónde lo dejé la última vez?- piensa para sí misma. 

Busca en su mochila. Nada. Abre las puertas de su clóset y busca en las demás repisas. Nada. ¿Dónde lo dejé?- vuelve la misma duda otra vez. Empieza a recordar la última vez que escribió donde lo pudo haber dejado.

-Bueno, me iré a hacer un café- dice para consolarse mientras sigue tratando de recordar. Va a la cocina. El microonda anuncia que ya pasaron el minuto y medio para calentar el agua para su café. Toma su taza y lo prepara, luego vuelve a su cuarto. 

-¡Delicioso!- exclama después de darle un sorbo y poner la taza en su mesa. -Ya sé! Debe estar bajo los diccionarios!- Se apresura a buscar entre los libros que no ocupa frecuentemente y sin duda estaba pasando desapercibido como un diccionario más. Lo lleva cerca de su taza de café. Toma su lapicero y busca una nueva página dispuesta a escribir después de todas las páginas que ha arrancado:

Página 3

Es una noche calurosa. Me duele la espalda  por el ejercicio y escucho rock en la radio. Bebo mi café y pienso en ti. Ahora cada vez que pienso en ti duele menos. Mis lágrimas salen de mis ojos pero mi corazón se siente un poco mejor. Para ti, todo está bien. Aclaramos las cosas, hablamos y te dije que ya no me gustas más. Últimamente ya no me hace falta escribirte. Recuerdo cuando antes sentía la necesidad de escribirte todos los días. Ahora, pasamos hasta 2 semanas sin hablar y no pasa nada. Ya no me hace falta etiquetarte en memes en Facebook. 

Sabes, un día de estos volviendo de la u en el bus me acordé de como una vez veníamos juntos en el bus y me recosté en tu hombro. Acepto que me gustaba tomar tu brazo mientras me recostaba en ti mientras tú también lo hacías sobre mi cabeza. Como piezas de rompecabezas encajabamos tan bien y aunque suene raro aún recuerdo el olor de tu ropa. 

Me ubico como observador externo y me preguntó cómo no pudiste leer el ambiente o nuestras acciones. ¿Cómo no pudiste darte cuenta que los amigos no se comportan así si no hay interés entre ellos?

Y ya que estamos recordando, otra de las cosas que recuerdo de ti es que dices lo que piensas sin detenerte a pensar antes  lo que vas a decir. A veces podías ser muy imprudente. Como la vez que te encontré que venía de una sesión de fotos. Andaba maquillada y eso es algo que no hago todos los días, pero ese día sí y me sentía muy bonita. Cuando te encontré me miraste extrañado y pensé que dirías algo como: "Qué bien te ves" o algo similar, pero me equivoqué, otra vez. Solo dijiste: -No me gusta como te ves así-. 

Así de seco, así de cortante. No sabes como me dolieron tus palabras porque venían de alguien que realmente me importaba, pero no te percataste como eso me hizo sentir, seguiste con tu manera de ser desinteresada y empezaste a hablar de lo más normal mientras mis ilusiones rotas me hacían volver a la realidad otra vez.