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JIN

"Está bien, pero necesitarás ganártelo"

¡¿Qué?!

Esa frase paseaba por mi mente una y otra vez. ¿Cómo que ganármelo? ¿No es suficiente que ya esté trabajando casi todos los días, siga sus mandados, sea su asistente y lo haga todo eficientemente? Se me habían ocurrido unas cuantas cosas para decirle, pero preferí mantener mi dignidad. Aunque, ¿No es una razón suficiente la de pagar la clínica de mi padre? ¿Acaso no tiene corazón?

Con ese pensamiento, baje por las escaleras hasta llegar a la sala en donde Hani me esperaba para decirle lo que me había dicho.

-¿Te dijo que hicieras más? ¿No es suficiente con lo que siempre haces?

- ¡Lo mismo digo yo! Sólo me pregunto qué querrá. Me dijo que mañana me diría. 

NAMJOON

- Sí, hasta luego. 

Estaba pensando en lo que le dije a Jin hace un momento "Está bien, pero tienes que ganártelo" ¿Qué tenía en la cabeza? Aunque, pensándolo bien, el aceptó lo que le dije sin siquiera decirle lo que tenía en mente.  De todas formas, realmente sí necesita el dinero. 

Jin, con todo el valor que tenía reunido en esos momentos, tocó la puerta del estudio de su jefe. Las palabras de Hani lo habían tranquilizado, pero sentía que eso no era suficiente. Se estaba arriesgando, ya que, no había pasado mucho tiempo desde que fue contratado y aun así quería pedir un adelanto. No es que las razones no fueran suficientes, Jin estaba acostumbrado a recibir el pago de acuerdo a su trabajo y por ello siempre se esforzaba. En cambio, esta era una situación "especial".

- ¿Me estás espiando o algo así? ¿Qué necesitas?

- ¿Podría hablar con usted un momento?

- Sí, pasa. Siéntate aquí. Dime, ¿Por qué me estabas espiando?

- No estaba espiándolo, necesito pedirle algo. 

- Sí, adelante.

- Quisiera un aumento - esta palabras fueron pronunciadas tímidamente por el menor. 

- ¿Un aumento? ¿Podría saber el porqué? 

- Mi padre está en una clínica rehabilitándose. Necesita medicina y debo pagar cuota o tendrán que sacarlo de allí. Ese centro tiene todo lo que requiere una persona de edad como él, tiene rezagos del accidente, más emocionales que físicos y allí le dan ese tipo de atención. Espero que comprenda mi situación. 

- Comprendo. Está bien, pero tendrás que ganártelo. 

- Disculpe, ¿A qué se refiere con ello?

- Mira, entiendo completamente tu situación, pero me considero una persona que sabe invertir su dinero, no me gusta tener pérdidas. Por lo que te quiero proponer algo, no pretendo nada y solo espero que después de esto, el trato que tenemos actualmente no se vea afectada. 

"Entonces es un tacaño y no me dará el aumento fácilmente" Jin pensó.

- Bueno, entonces lo acepto. 

- ¿Qué? ¿Lo aceptas? ¿Qué aceptas?

- Tu propuesta.

- Me maravilla completamente tu habilidad para aceptar cosas que no conoces por completo. Eso te puede meter en muchos problemas.

- Quizá es porque me encanta meterme en problemas. Aún soy joven, puedo hacerlo. 

- Interesante. Bueno, ¿Necesita algo más?

- No, eso es todo, ya me voy. 

Jin se levanta y Namjoon le sigue para abrirle la puerta. Antes de dejarlo ir, sujeta su mano y le susurra un "Ten cuidado con ello, los jóvenes suelen ser muy impetuosos a veces. Sería muy malo si un niño bonito como tú se mete en problemas serios".  Soltó su muñeca y vio como Jin caminaba hacia la escalera rápidamente. 

- Al día siguiente -

KEN

- Sí señor, hasta luego. 

Luego de otro ajetreado día, como todos los lunes eran, bajo un poco las ventanas para sentir más la brisa que entraba y refrescaba la minivan que conducía. La sensación fresca del ambiente le hacía pensar en las cosas hermosas de la vida, en personas, más exactamente. Un joven de piel blanca vestido de sirvienta, cocinando y preocupado por olvidar por enésima vez en donde guardaban la salsa de soja. Sí era un ser verdaderamente hermoso. 

De vez en cuando, iba a la casa del jefe para dejar unos documentos de la empresa, ya que le gustaba trabajar más desde allí debido a la situación actual.  Y de paso, buscaba al joven de tez clara para encontrar la motivación y empezar su día. Justo hoy, tenía que recoger unas carpetas y por ello manejaba más que contento hacia una de las villas más caras de Seúl. 

- Sí, ya llegué. 

- Está bien, enviaré a Jin para que te ayude. 

Mientras que esperaba a su musa, Ken iba limpiando los asientos del carro, ya que, debido a la emoción de la mañana, había dejado entrar sin querer un poco de tierra. Después de un momento, el joven llegó. No lo había visto desde hace un tiempo, tenía puesta ropa más adecuada y se notaba su comodidad. 

- Buenos días Ken, ¿En qué te ayudo?

- Buenos días, podrías ayudarme en muchas cosas, pero puedes comenzar llevando estas frutas, me las dio el compañero del jefe. 

- Sí claro. 

Ambos, luego de meter la minivan en la cochera, llevaron las frutas y cosas que Min le había enviado. Hani les abrió la puerta y ayudó a Jin con las sandías, llevándolas a la cocina para repartir unos trozos entre ellos. 

- Buenos días Ken, Jin, Hani ¿A qué se debe la congregación?

- Estábamos compartiendo la sandía que nos dio el señor Min, hasta hay una notita. ¿Quiere un poco?

- No, estoy bien. Hace poco fue el desayuno, sigo ahíto. 

- Bueno, jefe aquí están las cosas que me pidió. Me demoré un poco por la entrega inesperada del señor, por lo demás no hubo ningún inconveniente. 

- No hay problema. Cierto, debo hablar con Jin por un momento, ¿Me acompañas?

Jin subió las escaleras tras Namjoon. Eran observados por Hani por curiosidad y Ken por confusión ¿Para qué quisiera hablar el joven Jin con Namjoon?

- Puedes tomar asiento, ¿Quieres café?

- No gracias, no me gusta. ¿Me podrías decir de qué... ?

- ¿En verdad no quieres alguna bebida? Aquí tengo de todo: vino, champán, wiski ...

- Por favor, dime lo que me querías decir. 

Namjoon, con un poco de nerviosismo, dejó la copa y el vino en una mesita y se acercó lentamente hacia donde Jin se encontraba sentado. Un silencio que se encontraba reinando en la habitación, permitía al mayor buscar las palabras correctas para expresar lo que quería proponerle y llenaba de expectación a Jin tratando de prepararse para aceptar la extensión de sus horas de trabajo o aprender a usar de una vez la lavadora más compleja que había visto en su vida, la cual solo manejaba Hani o quizá ...

- Quiero que te acuestes conmigo. 

"Sirvienta" Seokjin ~ NamjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora