▲CapítuloUno

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Un gran revuelo se armó en la habitación entre los habitantes, Thomas despertó casi de un salto de la cama, recordando su conversación con Teresa.

Varios adolescentes se habían reunido en las ventanas, manteniendo una distancia prudencial a ellas. Newt y Minho luchaban por abrir la puerta del cuarto, que al parecer estaba cerrada.

Thomas se abrió paso y se quedó helado al ver al hombre que se agarraba fuertemente de la ventana, con una mirada maniática que gritaba incoherencias. Tenía toda la cara destrozada, con las manos y la piel moteada con la sangre cayendo de las heridas que tenía.

-¡Soy un Crank! –Gritó- ¡Soy un sangriento Crank!

De alguna forma, Newt y Minho lograron acomodar a todos los habitantes y tranquilizarlos, mientras el rubio buscaba por todas partes algo para romper la manilla y poder abrir la puerta. De no haber escuchado la historia, Thomas hubiese pensado que estaba nervioso por salir de allí, asustado por los Cranks. Y en parte lo estaba, pero él sabía que realmente quería irse de allí, quería buscar a la chica que tanto a había robado sus sueños y pensamientos, quería hacerle justicia.

Los habitantes lograron entrar a la habitación contigua, tanteando entre la oscuridad buscando un interruptor de luz. Minho fue el primero en entrar, seguido de Thomas y Newt.

Newt logró encontrar el interruptor, y Thomas no pudo evitar dar un salto cuando cayó en la cuenta de que había chocado con un cuerpo. Miró atentamente a todas las personas colgadas del techo que los habían rescatado la noche anterior, cubiertos de sangre.

Todos aguantaron la respiración, observando aterrados a su alrededor.

Había una placa junto a la habitación de Teresa, esta decía “Teresa Agnes. Grupo A, Sujeto A1. La traidora”.

Thomas rompió la manilla del cuarto de Teresa con el extintor que Newt le pasó. Espero unos minutos, hasta que vio salir a una figura de la habitación. No era Teresa.

Era un chico.

No tardaron en entablar una conversación con el muchacho, que habían descubierto se llamaba Aris, y que CRUEL había creado dos laberintos, dos condenas pruebas, con los sexos invertidos.

Luego encontraron una especie de tatuajes tallados en su piel, asignándolos a un grupo y con un nombre.

Algunos estaban asustados, desesperados, sería la palabra.

Todos se agruparon en la primera habitación, en la que los habitantes habían despertado, incluyendo a Aris en esta. Minho y Newt se encargaron de armar una pequeña especie de asamblea, para ordenar todo lo que había pasado en tan poco tiempo.

No sabían como, pero en menos de un día, estaban todos sentados en una ronda, rodeando a un hombre con traje que había aparecido de la nada en medio de la habitación. Estaba protegido por una especie de muro que no podían atravesar, pero podían ver a través de él. El hombre estaba con los pies sobre el escritorio, paseando los ojos de palabra en palabra de un libro que llevaba sobre las manos.

Minho había decidido llamarlo Hombre Rata, y ninguno de los habitantes había sido capaz de soltar palabra para discutirle, puesto que estaban completamente conformes con semejante apodo, francamente, su rostro hacia honor a él.

Comenzaron a discutir, hasta que Thomas volteó de golpe al verlo apoyar los pies en el piso y desprender el libro de sus manos de una vez por todas.

Este comenzó a explicar rápidamente lo que los habitantes ya sabían, repasando su vida en el laberinto, fundamentando tal atrocidad como un “experimento” para medir sus reacciones y juzgarlos a partir de ellas, para salvar a la raza humana a partir de estas “variables”.

-… podemos manipular sus cerebros y nervios receptores cuando sea necesario. Sé que tal vez suene confuso y un poco temerario, pero… -Explicó, pero fue esa la frase exacta en la que Newt lo interrumpió, estallando todo lo que había aguantado, tal vez desde hace un año, con la supuesta muerte de Lyra.

-¡Y decidieron meterla a ella en eso! –Gritó, pero el Hombre Rata siguió explicando un poco cuando Newt volvió a interrumpirlo- Ella no se lo merecía, garlopo –Murmuró apretando los puños. Algunos habitantes lo sujetaron, temiendo que se levantara en un ataque de ira.

Thomas se quedó calladazo, mirando las facciones de dureza que había cobrado el rostro de su amigo. Él sabía que estaba lastimado, roto, pero sólo en ese momento comprendió cuánto lo estaba. Estaba molesto por nunca haber podido confesar sus sentimientos a la chica que había amado desde tiempo atrás, estaba enojado por no haber podido hacer algo para ayudarla, para evitar tanto sufrimiento, estaba enojado porque temía nunca jamás saber si podría volver a ver su rostro, oír su voz, sentir su roce contra su piel.

-El laberinto fue una parte de los ensayos. No se les lanzó ni una sola variable que no tuviera un propósito para nuestra colección de patrones de las zonas de muerte. Su huida fue parte de los ensayos. Su batalla contra los grievers. El asesinato del chico, Chuck. Jugar con la cordura de la muchacha, luego de haber entrado al otro laberinto por error. El supuesto rescate y posterior viaje en el bus. Todo ello. Parte de los ensayos.

Newt sintió el alma caer a sus pies al oír las palabras del hombre.

-¿Luego… luego de haber… entrado al… otro laberinto? –Tartamudeó, sin poder creer lo que oía.

El hombre suspiró, y por primera vez se resignó a mirar fijamente al rubio a los ojos y responderle tan sólo una de sus dudas, posiblemente la más importante.

-Ustedes la llaman “Lyra” –Comentó con una mueca de desprecio- Pero en realidad ella era originalmente perteneciente al grupo B, al que Aris permanecía. Era una… corredora –Pronunció con dificultad, no satisfecho con el lenguaje- Accidentalmente una de las paredes del laberinto se abrió en su sección, conectándola con el laberinto alterno. En cuanto llegó la medimos en un estado de coma, y fuimos borrando cada uno de sus recuerdos, incluyendo el nombre que habíamos asignado a su anterior… “personaje” en el grupo B. Al principio, los científicos de mayor rango de la asociación llegaron a una conclusión: Debían matarla. Podría desequilibrar completamente el experimento, sin mencionar que algo podría fallar. Desgraciadamente, algo siempre se interponía entre ella y la muerte, la mayor parte de las veces… tú –Apuntó a Newt con el dedo- Decidimos apelar a sus reglas, y hacer que comience a lastimar a los demás habitantes, para obligarlos a desterrarla, y funcionó –Todos se quedaron callados, incluyendo el hombre, intentando hacer una especie de pausa dramática en la explicación- Jugamos con su cordura, agregando también este efecto en un proyecto de variables. Al final de todo, terminamos tomando también en cuenta sus reacciones cuando la hicimos aparecer junto al otro muchacho cuando huyeron del laberinto. Ella sólo fue… un error. Siempre lo fue.

Newt lloraba a mares, intentando respirar entre cada palabra que oía salir del hombre. Un error. Él no podría aceptar eso, él nunca aceptaría eso. Las duras palabras del Hombre Rata se detuvieron, y continuó con su explicación, explicándoles la segunda etapa de las pruebas.

-Señor Newton, me temo que si quiere volver a ver a la muchacha, le sugiero que sobreviva –El hombre sabía que Newt no quería la cura, no sino podía tenerla junto a él, y tenían que asegurarse de que la mayoría pase por el trans-plana la mañana siguiente.

-¿¡Piensan usarla como carnada!? –Gritó Newt, parándose de golpe, con lágrimas en los ojos.

-Tómelo como un… incentivo.

Y dicho esto, desapareció.

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Bueno, este es oficialmente el primer capítulo de la segunda temporada, espero les haya gustado y lamento si al princio fue un poco pesado, fue para orientar un poco el comienzo.

Chan chan chan.

Ahora saben la verdadera razón de la existencia de Lyra en el grupo B: un error

*Pausa dramática*

Nos leemos pronto, larchas. 

The girl who ran in the desert //Newt, TMRDonde viven las historias. Descúbrelo ahora