►CapítuloDos

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Terminaron rápidamente de cruzar el pasillo de las bolas demoníacas, pero ahora, en el final de este, sólo había una putrefacta trampilla de madera llena de hongos y humedad, pero debían apurarse a traspasarla para que las bolas no sigan agarrando a los habitantes.

-No podemos echarnos como si nada, galopo. No sabemos que shuck hay allí afuera.

-Pues no podemos quedarnos aquí un solo miertero segundo más –Repuso Newt, y Thomas decidió que no podía estar más de acuerdo.

La madera estaba completamente uniforme, por lo que se veían fuertes rayos de sol atravesarla y cegar los ojos de los tres chicos que encabezaban la marcha.

Finalmente, comenzaron a cubrirse con las mantas que llevaban en las mochilas, para protegerse del sol, y salieron. No se equivocaron al pensar que de no tener la protección se hubieran quemado del menor contacto de la piel ante los rayos. Pero las mantas funcionaban, y ese era el punto.

Minho y Thomas se dispusieron a volver, pero se dieron vuelta al notar que su amigo no los seguía.

-Ey, shank… -Comenzó llamarlo Minho, pero se interrumpió a si mismo al observar en lo que Newt había clavado su mirada.

Ninguno de los tres perdió otro momento, y corrieron hacia el cuerpo que estaba tendido en el suelo del cálido desierto. Newt la volteó y le corrió el pelo de la cara, pero al notar sus manos quemadas por el sol, amplio un poco la manta para acercarla a su pecho y que no haga más contacto con la piel de la muchacha. Comenzó a llorar, y Thomas no pudo adivinar si fue por la tristeza de verla en tal estado –inconsciente-, o feliz, por haberla encontrado, después de tanto tiempo. Quizá una mezcla de las dos.

Entre los tres se apresuraron a llevarla al pasillo junto a los demás, y cuando lo hicieron, dieron la señal de que saquen las mantas y se preparen.

Aris se adelantó a ellos y observó el rostro de la muchacha apoyada sobre las piernas de Newt, que no despegaba su vista de ella.

-Yo… yo la conozco –Dijo, tartamudeando un poco.

-¿De qué hablas? Pensé que habías sido el último –Dijo Thomas, interviniendo.

-Había una chica en mi grupo… Phoebe, que dibujaba a cada una de ellas, y bueno, a mí. Luego los pegábamos en un cuaderno, para archivarnos –Explicó.

-Y nosotros escribiendo nuestros shucks nombres en un muro con un garlopo cuchillo –Ironizó Minho, entrando a la conversación.

Aris pareció ignorar su comentario y siguió explicando.

-Me contaron su historia, la corredora que desapareció de día, sin dejar rastro. La dieron por muerta, pensaron que uno de los monstruos se había encargado de ella. Su nombre era… -Hizo un gesto con la cabeza, intentando acordarse el nombre- Jane.

-Jane Goodall –Dijo Thomas, recordando una científica, sin saber exactamente que había hecho, o dónde había aprendido su nombre, al igual que la mayoría de los otros.

Newt levantó la vista.

Thomas sabía que su amigo realmente no quería saber su anterior nombre, para el siempre sería Lyra.

-Esta es la segunda vez que la encuentro inconsciente –Dijo Newt, volviendo a bajar la mirada para verla, completamente ajeno a la conversación- Ahora si tengo una razón para seguir.

-Protegerla –Dijo Thomas, completando la frase por él.

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Ya sé que es cortito, pero es solamente para hacerlas entrar en la historia de la segunda temporada, y sean testigos de este emotivo momento :3

Osito Newt y Lyra están juntos de nuevo, lalala.

¿Les gusta la portada de la nueva temporada? Olvidé preguntarles, jaja.

Hasta luego, larchas.

The girl who ran in the desert //Newt, TMRDonde viven las historias. Descúbrelo ahora