Selena se despertó ante las repentinas quejas de Minho, que habían retomado luego de toda una noche en silencio. Se removió en la pared, y buscó a Newt con la mirada, estaba a unos metros de ella, dormido, al igual que el resto de los habitantes.
Estiró las manos, usándolas para darse un leve empujón en el piso y levantarse. Se arrodilló junto a Minho, con una gran cantidad de quemaduras esparcidas por su piel y su ropa. Halló una herida en su pierna que habían pasado por alto y había quedado sin vendar, por lo que rebuscó entre la mochila de Newt hasta encontrar un trozo de tela que le sirvió para que el morocho no perdiera más sangre.
Se tendió de vuelta sobre la pared, y miró a un punto perdido de la habitación. Ya había amanecido, y una débil luz se colaba por los vidrios de la puerta destrozada y una ventana alta que estaba justo sobre su cabeza.
Estaba hambrienta. No recordaba cuando había sido la última vez que comió o bebió algo.
Por suerte, los demás adolescentes comenzaron a abrir los ojos al poco tiempo. Ya no estaba sola, pero siempre la recorría ese sentimiento de soledad, al sentir que no encajaba allí, que no conocía la historia de esos muchachos. Y lo que era peor: debería saberla.
Sintió un toque cálido sobre su mano, que al principio le hizo correr el brazo como acto de reflejo, pero al notar que era Newt quien lo había hecho, ya despierto y casi dispuesto a seguir, colocó su mano sobre la de él. Suspiró. Él podía reconfortarla, siempre estaba tan calmo y silencioso, que le contagiaba la tranquilidad, y la hacía olvidar por unos segundos donde estaba.
El muchacho miró el enlace que ella había formado, y luego subió la vista a sus ojos, que lo observaban atento. Ella nunca había temido a mirarlo, y nunca había demostrado discreción o precaución en ello. Newt no podía hacer eso, siempre se había excusado con el brillo de los ojos de la muchacha, pero la verdadera razón era que temía que ella viera en sus ojos algo que él no quería. Desde la supuesta muerte de Lyra, siempre se había recriminado a sí mismo no poder haberle dicho la verdad, no haberle dicho lo que ella significaba para él, sobre lo que sentía hacia la muchacha. Pero desde que volvió a verla, no podía permitirse decírselo, y hasta comprendía porque no se lo habría dicho desde un principio.
Puede que ella hubiese vuelto como Selena, que haya sido Jane, pero ella siempre sería Lyra.
La Lyra que te penetra con su brillante mirada, la Lyra que te hablaba con su dulce voz, la Lyra que siempre estaba allí, aunque no lo esté, la Lyra que te tranquilizaba con sólo un gesto, la Lyra que había robado su corazón.
-Selena… -Comenzó a decir él, pero un ruido en el techo hizo que parara de hablar, y que la casi agresiva, pero normal, conversación entre Thomas y Minho se detuviera de igual forma, mirando hacia arriba, donde ningún modesto rayo de luz se había molestado en aparecer.
Todos se callaron de golpe, esperando oír otro sonido. En cambio, escucharon una voz provenir de las alturas, rasposa y neutralizada, como de una persona mayor.
-¿Comida? –Preguntó, casi con entusiasmo, haciendo que todos se quedaran helados, sin atreverse a responder.
Los ojos de los habitantes se ajustaron en la oscuridad, y distinguieron la mirada hispánica, bordeada de locura que el hombre les había enviado. Tenía la boca entreabierta, esperando con ansias una respuesta, que nunca llegó.
-¿Quién eres? –Se animó a preguntar Minho, incorporándose un poco en la pared. Su voz sonaba demandante y precisa, pero se notaba una pizca de miedo en ellas, que si Newt no lo conociera, hubiera jurado que fue su imaginación.
-Me llamo Jorge –Dijo el hombre, haciendo una ridícula entrada, bajando hacia donde los escasos habitantes que quedaban aguantaran la respiración unos segundos- Y soy el Crank que manda en este lugar.
Selena bajó la mirada rápidamente, sin atreverse a entender lo que veían sus ojos. Buscó la mano de Newt, que por la sorpresa se había corrido, y la apretó bajo sus dedos. Sintió como él le devolvió el apretón.
No prestó atención a la conversación que tenían con el Crank, hasta que escuchó la pregunta de Newt.
-¿Cuántos son ustedes?
Clavó la mirada en el piso, sopesando que ese hombre de allí, no sería el único maniaco de la habitación, y un escalofrío le recorrió todo el cuerpo. Estaba aterrada, y por unos segundos deseó poder haber estado nuevamente encerrada bajo una camisa de fuerza, o corriendo más kilómetros por los abrazadores rayos de sol, o las fuertes tormentas de rayos y viento, mientras Minho le preguntaba como hacía para rascarse la nariz con la camisa de fuerza en las instalaciones de CRUEL.
Levantó la cabeza hacia Newt, que se mantenía sereno, con el rostro lleno de dureza y seriedad, esperando una respuesta por parte del Jorge.
El hombre no se molestó en contestar la pregunta del rubio y siguió hablando. La tensión en el ambiente iba aumentando con cada minuto que pasaba y Selena temía derrumbarse allí mismo, más no lo hizo.
Minho se había metido en un lío, haciendo al Crank enojar, pero ambos se mantuvieron arrogantes. Jorge sonrió maliciosamente y pateó a Minho el lugar en su pierna que Selena había vendado esa mañana, haciendo que callera al piso con un gran chillido de dolor. Ella intentó ayudarlo, pero Newt la detuvo discretamente y negó con la cabeza, que Minho se disculpara sería la única forma de salir de allí sin armar un caos.
Él miró disimuladamente arriba, y percibió movimiento entre las sombras, apartó a Lyra un poco más, para acurrucarla más entre la pared y su espalda.
Si algo salía mal, iba a protegerla.
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The girl who ran in the desert //Newt, TMR
FanficEsta es la segunda temporada de "Newt's secret girl". Si aún no lees la primera temporada, este es link: https://www.wattpad.com/story/27417181-newt%27s-secret-girl-fanfiction-newt-the-maze-runner El laberinto sólo fue el comienzo. Ahora se tienen q...