스물 다섯

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MinSeok baja las escaleras lo más lento que podía, sus piernas parecían gelatinas y ni hablar del dolor que iba desde sus caderas hasta el último dedo de sus pies.

Por un momento pensó que JongDae se había excedido un poco anoche, pero jamás se había sentido tan bien al tener sexo como alguien, ya que por diferentes razones MinSeok había tenido sexo y muchísimo.

Hubo un tiempo donde MinSeok se la pasaba de lobo en lobo y era por simples ganas de molestar a su madre, normalmente solo le decía a los chicos que lo ayudaran a fastidiar a alguien y fingieran que se acostaron con el, pero de vez en cuando no se resistía y terminaba en la cama con alfas diferentes.

Pero hacerlo con JongDae fue totalmente diferente a lo que había sentido cuando tenía sexo con otros y no podía negarlo.

— Buenos días hijo— dijo el padre de JongDae, sentado en la cabecera de la mesa— ¿JongDae fue amable contigo?

— Buenos días, señor— respondió nervioso, casi ahogándose al escuchar lo último— ¿Cómo?— pregunto atónito, ¿acaso nos escucho?—

— Las paredes tienen oídos MinSeok, todo lo que suceda bajo mi techo soy el primero en enterarme— respondió tranquilamente el Señor Cho— y tampoco fue imposible no escucharlos, haré que arreglen la habitación de JongDae para que no salgan los sonidos— sonrió a MinSeok que estaba jugando con sus manos— así será más cómodo para ambos.

— Papá déjalo en paz— interrumpió JongDae, sentándose al lado de MinSeok— ¿Cómo te sientes?

— Estoy bien— respondió sonrojándose mientras le sonreirá a JongDae—

— No tardará Deen en traerles medicinas y pomadas para el cuerpo— dijo el señor, levantándose de la mesa— y tú deja de ser tan animal— concluyó dándole un manotazo a JongDae— ¿No ves cómo dejaste al pobre muchacho? Casi lo ayudo a bajar las escaleras porque llevaba una hora intentandolo solo.

— Está bien papá— respondió JongDae. Apenas su padre se fue miró de muy cerca a MinSeok— ¿De verdad estás bien?

— No— negó MinSeok entre risas— me duele desde la cintura hasta los pies JongDae, me duelen los pies— exagero un poco señalando sus pies— tu papá tiene razón, deja de ser tan animal.

— Anoche no te quejaste— dijo colocando una mano en el muslo del omega— te ves súper sexy— susurró en el oído del omega, mordiéndole el lóbulo de esta—

— Ah no— replicó MinSeok empujando a JongDae— necesito esas pomadas— apresuró a decir levantándose y corriendo escaleras arriba—

[...]

Los días que MinSeok iba a dormir donde los Cho se tomaba el día libre y decidía no ir a trabajar. Amaba caminar por el jardín delantero sin que nadie lo molestara o interrumpiera. Cuando MinSeok merodeaba por la casa nadie se atrevía a molestarlo y menos después del incidente que tuvo en la cocina.

Amaba salir y respirar el hermoso olor de las flores que estaban muy bien cuidadas y en perfectas condiciones, su casa era un poco similar a la de JongDae; la única diferencia era que jamás desearía irse de la casa del alfa, adoraba sentarse a hablar con el señor Cho, encontrarse con SeHun molesto porque alguien no le contestaba sus llamadas y de vez en cuando escaparse a alguna habitación con JongDae para besarse.

Después de pasar un tiempo olisqueando todo lo que se podía, pasó su mano por el cuello y de repente se percató de que no había sido marcado. JongDae no dio ni siquiera indicios de querer marcarlo en la noche.

¿tal vez es muy pronto?

— ¿MinSeok?— pregunto alguien detrás del omega, haciendo que se sobresaltara— no quería asustarte.

A veces no, a besos sí. (CHENMIN OMEGAVERSE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora