Valentin;
Me desperté sintiéndome mareado y algo desorientado. Lo último que me acuerdo es que propuse jugar al Beer Pong, pero nada mas.
Estaba por levantarme pero sentí un cuerpo al lado mío, Dani.
Varios flashes llegaron a mi mente y me acordé de todo. Que vergüenza.
—Buenos días Valen
—B-buenos días Dan — dije nervioso. —, ¿Te acordás de algo?
—Si, de todo — respondió con una sonrisa burlona.
Matenme.
Cuando estuve apunto de pedirle perdón, sentí sus labios contra los mios.
—Me matas Dani — admití contra sus labios.
Lo subí encima mio y seguí dándole besos, junto con suaves apretadas en su culo.
—Chicos, ¿Están despier..... — entró Mateo —, perdón, perdón, me voy.
Salió y cerró la puerta.
Seguimos un rato mas dándonos besos con Dani, hasta que nos dio hambre y fuimos a desayunar algo.
(...)
—¿Y?, ¿Cogieron? — me preguntó Mateo codeándome.
—Cállate, están acá al lado — lo reté tapándole la boca. Ellos estaban haciendo el almuerzo y yo estaba con Mateo en el living por que somos unos inútiles.
—No nos están prestando atención, ahora respondeme.
Rodeé los ojos y le respondí.
—No, no cogimos.
—Son re lentos
Lo ignoré y fui a la cocina.
Dani estaba de espaldas. Aproveché eso y lo abracé por la cintura, apoyando mi cabeza en su hombro.
—Valen, ¿Qué pasa?
Balbuceé algo que ni yo entendí.
—¿Tenes sueño? — preguntó, descifrando al toque lo único que me pasaba.
Le hice una sonrisita y asentí.
—¿Después vamos a dormir la siesta?
—Si Valen
Le seguí haciendo mimos en la cintura hasta que terminó de cocinar.
Nos sentamos en la mesa y Manuel sirvió la comida.
Yo comía en silencio y cabeceaba un poco debido al sueño.
Cuando terminé de comer me quedé con el celular esperando a Dani.
Estaba muy cansado. Ayer me había dormido muy tarde por quedarme jugando con el celular.
—¿Vamos? — me preguntó mi futuro novio.
Asentí y él avisó que nos íbamos a dormir. Manuel y Mateo no nos dieron mucha bola, estaban noviando entre ellos.
Fuimos a la pieza que compartíamos y nos acostamos.
El sueño me generaba un descenso de temperatura corporal, haciendo que tenga frío. A consecuencia de eso, lo primero que hice fue taparme hasta el cuello.
Dani por su parte se estaba tomando el tiempo de sacarse el pantalón y la campera que se había puesto cuando nos levantamos.
—Sacate el buzo — ordenó —, si no te vas a despertar todo transpirado.