Manuel;
Me desperté primero así que aproveché para despertar a Mateo.
—Sos un denso amor — murmuró volviendo a dormirse. Estaba acostado de costado, provocando que la almohada tape la mitad de su cara.
Amor.
Sólo me dice así cuando esta adormilado.
Me gusta.
—Y bueno, es lo que te tocó. Dale, levántate y ayúdame a preparar el desayuno.
Abrió un solo ojo e hizo puchero.
—¿Qué tengo a cambio? — preguntó sentándose en la cama.
—Lo que quieras
Una sonrisa se formó en su rostro y al instante se levantó.
Fuimos a la cocina y puse el agua para hacer cafés, mientras que Mateo le preparaba la chocolatada a Daniel.
—¿Qué me vas a pedir? — le pregunté terminando de poner el café en las tazas.
—Un beso — respondió dejando de lado la taza con la chocolatada a medio hacer.
Fruncí el ceño y pregunté;
—¿Qué?
—Lo que escuchaste
Se acercó a mi y me agarró por la nuca.
Sabía que no podía no hacer nada, así que lo agarré de la cintura.
—Dale, hacelo — dijo mirándome a los ojos.
Sin decir nada me acerqué a sus labios y lo besé.
Tenía los labios suavecitos y húmedos.
Aproveché lo que mas pude de su boca, pero lamentablemente nos tuvimos que separar.
Me sonrió y se separó de mi. Siguió con la chocolatada de Dani y yo seguí con los cafés.
Cuando terminamos de preparar todo fuimos a despertar a los chicos.
—Te dije que eran pareja — me peleó Mateo cuando entramos a la habitación donde dormían nuestros amigos.
Daniel descansaba sobre el pecho de el ojiazul y Valentin tenía una de sus manos descansando sobre el culo de su "amigo" y la otra permanecía en su espalda.
Antes de despertarlos aprovechamos para sacarles fotos con las que los extorsionaríamos mas tarde.
Finalmente Mateo los despertó poniendo una canción de Justin Bieber a todo lo que da. Obviamente nos putearon, pero se les pasó cuando les dijimos que les habíamos hecho el desayuno.
—Dale levántense — lloriqueó mi amorcito al ver que nuestros amigos seguían en la misma posición sin intención de moverse.
—Ahora vamos — dijo Valentin disimulando bastante bien la apretada de culo que le estaba dando a Ribba.
—Bueno, los esperamos allá — respondió Mateo.
Agarró mi mano y volvimos a la cocina.
Nos sentamos en la mesa y esperamos a los chicos, que no tardaron mucho en venir.
Miré a Valentin entrecerrando los ojos, pero él estaba muy ocupado mirando a Dani. Pendejo pajero.
(...)
—¿Jugamos Beer Pong? — preguntó Valentin cortando el ambiente aburrido que había.
—¿De donde pensas que voy a sacar los vasitos esos de mierda? — le pregunté de mala manera.
—Yo traje — respondió haciéndome tragar mis palabras —, sabía que ibas a decir eso así que traje. Tenía todo pensado.
—¿Pensás? — le preguntó Mateo.
—Dejen de complotar contra mi — lloriqueó el ojiazul.
Rodeé los ojos pero accedí a que juguemos al juego choto que proponía Valentin.
Trajo los vasos que sacó, supongo que de su valija, y los acomodamos en la mesa. Los llenamos con Vodka, porque si, trajimos Vodka y buscamos alguna pelotita para jugar.
—Juego yo con Dani — pidió Valentin.
—Dale, yo después juego con Mateo.
Se pusieron en los extremos de la mesa y empezaron a jugar.
Valentin hizo su primer tiro, pero obvio, es Valentin y le erró.
(...)
Ya estaba por terminar la partida de Daniel y Valentin. A Valentin le quedaba un solo vaso y a Daniel le quedaban dos.
El último tiro era de Valentin.
—Si emboco quiero un beso de Dani, pero un beso así fuerte no un piquito.
—Yo no soy Dani, pero digo que si — dijo Mateo.
Valentin pareció analizar todo hasta que finalmente tiro, embocando en el ultimo vaso del contrario.
Dani sacó la pelotita y tomó el contenido de aquel vaso, sin esperarse que cuando termine de tomarlo tenga a Valentin enfrente.
—Veni acá que te chapo — dijo el ojiazul sin tapujos.
Y sin problema alguno se tiró a los labios de Ribba.
Esos podríamos ser Mateo y yo, pero no me da bola.
—Ehhh, no se coman acá — protestó Mateo.
—Me lo llevó entonces — dijo Valentin agarrando a Daniel y llevándoselo a la habitación que compartían.
Claramente no eran totalmente consientes de todo, habían estado tomando bastante alcohol.
—Juguemos nosotros — ordenó Mateo acomodando los vasos.
Una vez que tuvimos todo acomodado empezamos a jugar.
No era por alardear, pero embocaba todos los tiros.
Él también lo hacía, y a causa de eso terminamos igual o peor que nuestros amigos.
—¿Hacemos la gran Daniel y Valentin? — preguntó agarrándome de la mano.
Asentí atontado y empezamos a caminar a la pieza.
Cuando entramos nos tiramos a la cama.
Yo me senté e hice que Mateo haga lo mismo pero encima mio, quedando así sentado enfrente mio.
Sin esperar el mínimo estimulo suyo me tiré a sus labios, sintiendo como era correspondido.
Sabía que me estaba enganchando con Mateo, pero no iba a hacer nada para impedirlo.
No si, la que se olvida de la novela.
¿Como se llaman?, me dio curiosidad saber sus nombres. Yo me llamó Rosario, por si no se dieron cuenta.
Besos <3.