O4

1.3K 136 139
                                    

Valentin;

Terminamos de ver la película y Mateo seguía con ganas de hacer cosas, así que nos pusimos a cocinar galletitas. 

Si.

Nosotros.

Nos pusimos a cocinar.

—A ver, primero hay que hacer la masa — leyó Manuel de su celular mientras Mateo acomodaba un gorro de chef en su cabeza. —, tenemos que poner dos huevos, leche, harina y todo eso 

—¿Estos de acá te sirven? — pregunté señalando MIS huevos.

—No, esas nueces no — respondió burlón. 

Buscamos los ingrediente y empezamos a hacer la masa. Todo iba bien hasta que a Mateo le entró harina en el ojo y Manuel lo acompaño a lavarse.

—Valu, tenes harina en la nariz — me avisó Dani. Toqué mi nariz intentando sacarla, pero no lo conseguí —, no, seguís teniendo

—Sacamela — pedí.

—¿La harina u otra cosa?

—La harina tarado — respondí rodando los ojos.

Se acercó a mi y paso su mano por mi nariz, sacando la harina. En vez de sacar su mano la dirigió a mi cachete, acariciando el mismo. 

Inconscientemente me empecé a acercar mas a él, pero escuchamos la voz de Manuel y unos pasos que venían hacia acá. Tenía pensado separarnos, pero Dani plantó un beso en mis labios y después se separo rápidamente.

Me quedé totalmente atontado. Había probado esos labios rojitos y gorditos.

—Sigamos — dijo Mateo secando sus manos con un trapo de ahí.

Terminamos de hacer la masa y ahora tocaba dejarla reposar unos quince minutos. Mientras tanto nosotros jugábamos free fire. Jugamos una partida y nos pusimos a cortar la masa para hacer la forma de las galletitas.

Estuvimos un rato cortando, y cuando terminamos metimos las galletitas a cocinar.

—Estoy orgullo de nosotros — admitió Manuel con una mano en el pecho —. Ahora vayamos a bañarnos, hay dos baños, uno arriba y uno abajo. Primero nos bañamos Mateo y yo, y después Dani y Valen — estuvimos de acuerdo con lo que dijo, así con Dani nos fuimos al living mientras ellos se iban a bañar.

—Dani — lo llamé cuando nos sentamos en el sillón. Él solo hizo un sonido con la garganta en señal de que me escuchaba —,¿qué pasó en la cocina?

—Cocinamos — respondió obvio

—Dan, sabés a lo que me refiero

Él al escucharme bajo su cabeza mirando sus manos y empezó a jugar con ellas.

—Fu-fue un impulso — admitió tartamudeando. Mordía su labio con frustración y seguía mirando para abajo.

—Veni acá Dani — dije abriendo mis brazos para que venga a ellos, lo cual hizo. Estuvimos como media hora así.

Era lindo tenerlo entre mis brazos, así que aproveché y lo senté en mis piernas para abrazarlo mejor. De paso pase mis manos a su culo y lo apreté un poco.

—¡Valentin! — me retó Dani sonrojado. Antes de que pudiera decirle algo se escondió en mi pecho para que no lo viera.

—Tenía ganas de hacerlo hace bastante — dije haciendo que se aferre mas a mi pecho.

Levanté su cabeza e hice que me mire. Me fui acercando lentamente a él y cuando nuestros labios rozaron se escuchó un grito, de Mateo.

—¡¡Encontré un cuarto secreto!! 

Rápidamente fuimos desde donde había provenido en grito. Mateo estaba subido en una escalera y había abierto una tapa en el techo.

—¿Que mierda? — murmuró Manuel terminando de ponerse la remera.

—Suban — dijo el morocho mientras subía a aquella habitación con la linterna de su celular prendida.

Subimos atrás de él y por lo poco que vimos era una especie de altillo. 

Manuel camino con la linterna de su celular y fue hasta el interruptor de luz. La prendió y pudimos ver que también había una ventana tapada por cortinas, y por eso no se podía ver de afuera.

—Re cheto acá

—Si, si, muy cheto pero hay que bajar por que se queman las galletitas — dijo Daniel bajando por la escalera.

Lo seguimos y fuimos hasta la cocina, donde apagamos el horno y por suerte salvamos las galletitas. 

Comimos como cerdos, tomamos mates y yo me fui a bañar junto con Daniel, pero por desgracia en baños separados.

(...)

Dani;

Vi a Valentin pararse de la cama que compartíamos, así que le hablé.

—¿A donde vas?

—Pensé que te habías dormido — murmuró —.Quiero explorar el altillo,¿venís? — asentí rápidamente y fui con él. 

Cabe aclarar que estabamos los dos solo con el bóxer y con bermudas.

Fuimos hasta la parte donde estaba la tapa del techo abierta y la escalera seguía ahí. Subimos alumbrando con el celular hasta llegar al interruptor y prender las luces.

Habían varias cosas. Algunos adornos, cuadros, un pequeño armario, entre otras cosas.

—Encontré forros — dijo Valentin feliz mostrándome una caja de condones prime.

—Que asco, te imaginas que los abuelos de Manu vengan a cojer acá.

Imaginar eso me dio nauseas, y por la cara que hizo me parece que a él también.

—A mi me parece que es una señal — opinó acercándose peligrosamente a mis labios.

Sin previo avisó me beso pegándome contra la pared y haciendo que sienta todo su cuerpo contra el mio.

—Nada de esto estaba planeado — dijo entre el beso.

Sus manos fueron a mi culo y lo apretó con fuerza. Después se separó un poco de mi y me agarró de la cintura haciendo que pegue un saltito y enrosque mis piernas alrededor de su cintura. Puse mis manos al rededor de cuello para tener un agarré mas firme y poder besarnos mejor.

Podía sentir como su miembro se ponía cada vez mas duro al igual que el mio, pero un grito nos hizo separarnos.

—¡¡¡Los chicos desaparecieron!!! — gritó Mateo y sonaba realmente aterrado.

Me aparté de su cuerpo y nos empezamos a reír. Claramente escucharon nuestras risas y vinieron hacía nosotros.

—Te dije que no había desaparecido — le dijo Manuel —. ¿Qué hacían acá? 

—Vinimos a explorar, que se yo — respondió Valentin —. Igual no hay nada interesante, pero encontré un paquete de forros

—No quiero pensar que mis abuelos venían a coger acá — dijo con una mueca de asco.

—Bueno, volvamos a la camita, los cuatro — pidió Mateo.

Bajamos de ahí y volvimos a nuestra habitación.

—Me quedé con ganas — confesó Valentin después de cerrar la puerta.

Yo solté una risita y me acosté esperando que él lo haga. 

Me dormí ni bien sentí su brazo en mi cintura y no supe mas de mi.


𝐓𝐫𝐨𝐥𝐨𝐬 ; 𝐖𝐨𝐬𝐚𝐧𝐢 - 𝐓𝐫𝐮𝐞𝐩𝐥𝐢𝐤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora