Mateo;
—¿Hacemos una fogata? — pregunté cuando terminamos de cenar.
—Tenes una chimenea acá, no jodas — me respondió Valentin.
—Si, hagamos una fogata — dijo Manuel contradiciendo al ojiazul.
Sonreí y corrí a buscar alguna campera para no cagarme de frío.
Agarré cualquiera y volví con los chicos.
—Dale vamos — lloriqueé al ver que seguían ahí tirados.
—Yo ya estoy — dijo Manuel parándose del sillón —, vamos afuera, los esperamos allá.
Asentí y salí. Manu le avisó algo a los chicos y salió conmigo.
—Vamos a buscar palitos y todo eso.
Saqué mi celular y prendí la linterna para alumbrarnos.
Estuvimos al rededor de quince minutos buscando ramas.
Cuando volvimos nos encontramos con Valentin acorralando a Daniel contra la pared. Espero que no estén cogiendo.
Manuel aclaró su garganta, haciendo que nuestros amigos se separen.
—No vieron nada — dijo Valentin separándose de Dani.
Acomodamos todo para hacer la fogata y le metimos unos papeles para que sea mas fácil prenderla.
(...)
El fuego de la fogata que habíamos hecho, estaba prendido lo mas que se podía.
—¿Ahora que hacemos? — preguntó Valentin.
—No se, contémonos cosas — le respondí.
Estuvimos mucho tiempo contando anécdotas y boludeces.
El fuego se empezaba a apagar, así que yo me acurruqué con Manuel, buscando mantener la mayor cantidad de calor posible.
—Estoy medio intenso hoy, perdón — me disculpé con Manu.
—Matu, me gusta que seas así, quédate tranquilo.
Asentí y apoyé mi cabeza en su hombro.
Cerré un poco los ojos hasta que sentí que Manu intentaba llamar mi atención.
—¿Qué? — le pregunté con la voz suave.
—Creo que tenías razón
Mire a donde él miraba y vi de que hablaba.
Daniel estaba sentado a horcajadas de Valentin, dándole besos al mismo.
—Podríamos estar así, pero no me das bola — dijo Manuel.
Me puse nervioso y bajé mi cabeza evitando responder.
Sentí su mano en mi cintura y como me sentaba en sus piernas.
—Dale, dame un beso — pidió levantando mi cabeza.
Me acerqué embobado a sus labios y lo besé.
Estuvimos como una hora mas en el patio, hasta que se largo a llover y tuvimos que volver a entrar.
—¿Vamos a mimir? — preguntó Valentin recargándose en el pequeño cuerpo de Daniel.
Trolo.
—Si, dale — le respondí sacándome la campera y dejándola colgada en una silla.
Apagamos todo y fuimos a nuestras habitaciones. Lo primero que hice cuando entramos fue tirarme a la cama boca abajo.
—¿Tenes sueño? — me preguntó Manuel pasando su mano por mi espalda, haciendo suaves caricias.
—Si — murmuré cerrando mis ojos.
Deje de sentir su mano y en cambio sentí la cama hundirse al lado mio.
—Sacate el buzo Matu
Negué y acomodé mi cabeza en la almohada.
Escuché como Manuel suspiro y seguido de eso me sacó el buzo.
Después no supe mas que pasó porque me dormí.
(...)
Daniel y yo nos despertamos mas temprano que los chicos, así que decidimos ir a desayunar los dos juntos a algún lugar, hace mucho no salíamos así como amigos.
Fuimos a un lugar bastante lindo, era como una cabaña grande y por dentro era muy rustico, era hermoso. Desayunamos ahí y después nos pintó caminar por el bosque, mala idea, muy mala idea.
A Dani lo picó una avispa en la espalda y tuvimos que volver.
Claramente los chicos nos llenaron de preguntas y les tuvimos que explicar todo.
—Así que... ¿A Dani lo picó una avispa en la espalda? — preguntó Valentin confundido, Dios este pibe no entiende nada, o sea si entiende pero es re tonto.
—Si — contestó Daniel boca abajo en el sillón y sin remera.
—Bueno, le voy a buscar alguna crema o algo, tiene que haber — dijo Manuel yendo al baño.
Finalmente volvió con un envase de crema.
—¡No van a tocar mi espalda con eso! — gritó Daniel.
—Es para que no te duela tanto y baje la hinchazón — le explicó Manuel dándole la cremita a Valentin.
El ojiazul se sentó al lado de Daniel y acarició un poco su espalda, teniendo cuidado de no tocar donde lo había picado la avispa.
A pesar de que Valentin fue lo mas suave y paciente que pudo, Daniel gritó y lloró como si lo estuvieron apuñalando.
—Ya está, ya pasó — le dijo su no novio acariciando su pelo —, no fue nada.
Los miré con ternura y fui a la pieza que compartía con Manu. Me busqué algo para ponerme y me metí a bañar, salí después de unos quince minutos.
Manuel estaba tirado en la cama usando su celular, así que no se dio cuenta cuando salí del baño.
—A no ser que quieras ver mi culo, te recomiendo que te des vuelta — dije mirándolo con una ceja levantada.
Me miró por primera vez y sonrió dándose vuelta para que su cara quede contra la almohada y así no pueda verme.
Me cambié tranquilo y me tiré en la cama al lado de Manu.
—¿Noviamos un ratito? — me animé a preguntar.
—Si, dale — murmuró acomodándose en mis piernas.
Sonreí y me acerqué a sus labios para besarlo.
Que lindo noviar con Manuel.
Hola, volví, y con una actualización de mierda.
<3.