ADIÓS GALEONES

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Camino de un lado a otro mientras espera en la sala de estar. La elfina lo mira bajando sus orejas cuando pasa a su lado. Ya era tarde y Draco no baja aún. La criatura mágica suelta un quejido al escuchar los gritos por parte del señor de la casa. Lleva peleando toda la tarde con las túnicas, al principio era tierno ver como coloca un pequeño puchero al ver que la túnica no entra en la parte inferior por la pequeña pertuberancia en el vientre.

Subió uno a uno los escalones hasta dar con la habitación. Draco arrojó los pantalones a los elfos.

—¡Tú tienes la culpa! —el rubio cruzó sus brazos. Harry no comento nada, sabía que si abría la boca él lanzaría sus armas como buen Slytherin—, Yo no quiero ir a tu estúpida reunión. No me queda nada.

—Tiene que ver algo que te entre aún —hablo caminando para sostener su mano—, Te ayudo a buscar.

oOo

Sonrió al ver que al fin llegó al Ministerio, varias personas saludaron aunque la mueca de sorpresa no era del todo oculta al ver que llegaba de la mano de Malfoy.

A lo lejos miró a Ron hablando con la Ministra Granger. Este volteo a verlo y sólo asintió con resignación, al principio su amigo pelirrojo no tomó del todo bien la relación, su mejor amiga fue una pieza clave para que volvieran hablar después de tres días.

Draco al principio se negó ir con él, la fiesta que daba el Ministerio para poder dar inicio a la festividades del invierno. No niega que también fue un plan con Mione, ya era tiempo de dar el gran paso y dar la noticia al mundo mágico, que por fin el soltero más codiciado y deseado de ser yerno de alguna familia mágica, tiene una relación. No cualquier relación incluía el bono de formar una familia en todas las palabras.

Se imagino a la vieja Skeeter redactando en primera plana del día de mañana con alguna foto de los dos. Por eso el dragon estaba desesperado de buscar el atuendo adecuado y digno de un Malfoy. Aunque pasen los años el chico aún era de gustos buenos. La túnica azulada que lleva puesta y esos pantalones que pueden ser su segunda piel al estar tan estrechos, era la perdición para el león.

—¡Draco! —una morena de aspecto provocativo se acercó a ellos, resonando sus tacones negros al igual que su vestido. No sabía si las serpientes tienen algún conjuro bajo la manga para que las luces estén en su punto exacto, tal como viene la chica, las lentejuelas de la túnica brillan como si fueran joyas.

—Parkinson.

—Potter —no fue disimulado la mueca de lado de la morena.

—Pansy, ahora no —Draco no dirijo la mirada a la chica si no algún punto de la fiesta, mismo punto donde se encuentran los fotógrafos.

—Si me lo permites cuatro ojos me lo llevaré —el rubio solo soltó un suspiro al ver a su amiga sonreir de burla ante la ceja alzada de Potter—, Theo esta del otro lado, quiere verte. Ya sabes lo paranoico que es. Así que vamos.

Draco se dejó llevar de la mano de la morena. Al principio Theo se molestó al no enterarse del embarazo como el medimago que es y que el no  llevara el caso, pero solo bastó mencionar el nombre de la medimaga para que este se tranquilizara. Hablo con varias personas a lo largo de la reunión, algunas para solo sacar la información y como buen caballero tal como lo crió Lucius despacho a esas personas con comentarios cortes y filosos a la vez.

Un olor en particular lo tenía mal, aún no sabía cuál era. El moreno se acercó nuevamente con una copa de vino en su mano. No pasaron dos minutos cuando uno de los aurores se acercó, saludando a los dos. Ahí palidecio, el olor se volvió fuerte.

—¿Qué traes ahí Smith?

—¡Ah! Ésto —el auror alzó el platillo—, son ostiones en su...

Ya no pudo proseguir. Ambos vieron como el rubio salía corriendo.

.

—Sabes la vergüenza que pase Potter, solo por tu terquedad que fuera.

Siguió caminando detrás del chico.

—¡Rompí mis pantalones! Tu por tu maldita culpa.

Lo que sucedió fue que Draco fue al sanitario a vomitar todo el estómago al oler los mariscos. Cuando por fin había terminado el chico se le cayó la varita y este se agachó para levantarla. Solo se escucho un crack del pantalón roto. Parkinson tuvo que ir para solucionar el problema, sin embargo eso no ayudo para nada a la furia que se había sometido.

Como león asecho su presa cuando está se coloco de espalda en la habitación, lentamente se fue situando atrás, con pequeños besos fue trazando la nuca hasta llegar al lóbulo de la oreja y morder de esta. El rubio se deshacía bajo su brazo.

Con pequeños pasos lo coloco en la cama antes de comenzará a devorar la piel blanca. Se separó.

—Espera un segundo —en la reunión comió una pequeña tostada de salmón y si besaba al rubio este se reusaria. Corrio al baño, lavando los dientes  en tiempo récord. Comenzó desabrochar su camisa mientras vivía a la habitación

—¿Draco? —la serpiente está dormida plácidamente abrazando la almohada que el profesor Snape le regalo la semana pasada, dejó un beso en su frente..

Otra noche frustrada.

🦁

—Ya van dos semanas y lo único que hace es dormir con la estúpida almohada.

Harry tenía que recoger los análisis semanales que le hacían a Draco. No perdió la oportunidad de encontrar nuevamente a su amigo en el jardín de la guardería de San Mungo. Y ahí están ambos Gryffindors hablando/quejando del embarazo. Solo por esta vez Neville llevo clandestinamente whisky de fuego en uno de los garrafones de sus hijos.

—Esa cosa te remplaza por completo —el de la cicatriz de rayo asintio mientras bebía—, Theo le coloco ojos, después que le tire la primera, cuando me acercaba la almohada me mira diciendo "No te atrevas".

—Teníamos sexo todos los días. Ahora no puedo tocarlo o acercarme a él.

—Esta embarazado, no ganarás. La única que gana es la maldita almohada.

—¡Que se muera la estúpida almohada! Ve dan ganas de darle un Avada Kedrava.

—Yo lo hize, pero regresa Harry regresa.

El auror quedó observando a los niños jugando, algunos corriendo y otros riendo. Ya no tenía tanto miedo como en el principio.

—Sabes en una parte estoy feliz y tranquilo porque se que esto terminará en un año. Es dificil no verlos crecer y que se aparten de tu lado y así ¿No?

Neville lo vio como si le saliera una cabeza o el mismo Señor Tenebroso surgiera nuevamente con todos sus mortifagos.

—No compañero —dio palmadas en su espalda sacándole el aire—, desearía que aún sigan dentro de Theo, tienes que pagar los lápices, la varita entrenadora, los juguetes, la guardería. El preescolar mágico y sobre todo el último paquete, pero no menos importante: Hogwarts. Despedirse de medio millón de galenes al año eso sí es triste. Y tu tienes gemelos, yo por lo menos tengo tiempo aún para ahorrar de Trixie a Frank. Buena suerte niño-que-vivió.

El castaño comenzó a reír sin importar la cara de terror en Harry Potter.



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⏰ Última actualización: May 31, 2020 ⏰

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