Bajé la montaña y salí corriendo sin rumbo alguno. Me tumbé bajo un árbol y me puse a pensar el porque de todo esto. Si yo ni siquiera sabía cazar.
Fui a una pradera cerca de la aldea a intentar cazar algún conejo, lo encontré pero eran muy rápidos.
Me encontré con muchos animales pero todos estaban cerca de la aldea y me daba miedo acabar igual que mi abuelo.De repente me encontré con una persona, era distinta a las demás, no hacía ruidos y se movía con mas libertad. Me vio, salí corriendo pero él me seguía. Tenía un hueso en la mano y me susurró: Yo te daré todo lo que quieras, solo no tengas miedo.
Me pare, me di la vuelta y cogí el hueso, sentí un cariño incondicional hacia esa persona.
El me llevo por todo el mapa en busca de materiales y comida para mí y para él.
Lo primero que hizo fue cortar algo de madera para hacer una casa, herramientas. Después fue a una cueva para conseguir carbón hierro y lo que encontrase, yo tuve que seguirle, era su "guardián", aunque tampoco podia hacer nada para quedarme en casa.
Encontró hierro y carbón, picó piedra. Y se hizo unos hornos, para meter ahí el hierro y hacer lingotes o algo parecido.
La primera noche me dejó fuera, me tenía miedo, no supe exactamente por qué, si yo no le haría daño nunca.Era media noche y yo no paraba de oír ruidos extraños, al parecer eran provenientes de zombies que se encontraban en las cuevas. No tenía sueño así que fui a matarlos. Mi dueño (que raro decir eso, pensé) había hecho la casa encima de una Dungeon. Una vez los mate, fui a dormir otra vez.
Cuando se hizo de día, el humano me hizo seguirle, otra vez la misma rutina, ir a por materiales, cazar, explorar y volver a casa. Me empezaba a aburrir a pesar de que no llevábamos más de 3 días.
Recordé que se me olvidaba algo...