Miradas

2.1K 172 84
                                    

Los rayos de sol iluminaban la finca mariposa, acompañados por una brisa que volvía al ambiente perfecto.

Kanzaki regaba las plantas, era una actividad que disfrutaba bastante y a los lejos escuchaba los gritos de Zenitsu los cuales se habían vuelto parte de la rutina.

No intentó silenciar a Agatsuma pues sabía que el chico cabeza de jabalí estaba relacionado con aquellos alaridos y debido a los acontecimientos del día anterior ni siquiera pensó en acercarse.

Admiraba las Tsubaki blancas recién irrigadas, realmente eran hermosas y sus favoritas de aquel jardín rebosante de plantas.

~Tan bellas y pulcras pero a la vez tan efímeras y delicadas~

Estaba tan sumida en sus pensamientos que no fue capaz de percibir los llamados de Zenitsu y Tanjiro.

Este último corrió hacia ella y tocó suavemente su hombro para llamar su atención.

-Aoi-san - dijo Kamado provocando que la nombrada volteara a verlo - Inosuke se desmayo - apenas escucho esas palabras la pelinegra corrió hasta Hashibira quien se encontraba en el suelo, retiró la máscara y se topó con un rostro totalmente rojo por fiebre provocada por las temperaturas bajas del día anterior, Aoi lo observó con una mirada de culpabilidad pues si no se hubiera esforzado en mantenerla en calor durante la lluvia no se encontraría en esas condiciones.

...

Los ojos esmeraldinos del chico bestia se abrieron con trabajo (y algo de dolor) encontrándose con el techo de una habitación, sin embargo, no era la misma en la que había estado reposando días antes.

Se sentó y quitó el pañuelo mojado que se hallaba en su frente, pudo distinguir un aroma familiar impregnado en aquellos aposentos.

- Deberías descansar un poco más - dijo Kanzaki, quien acababa de entrar a la estancia con un recipiente lleno de agua, estaba algo avergonzada, sin embargo, sabía que el bienestar del chico era más importante en esos momentos.

-¿Dónde estoy? ¡¿Me secuestraste?!- interrogó desorientado.

-¡Claro que no! - suspiró para mantener la compostura -Tu fiebre ha estado subiendo y bajando durante las últimas horas, si duermes está noche aquí podré cuidar de ti.

Hashibira enrojeció un poco al oír eso último pero no fue visible aquel tono escarlata debido a que sus mejillas ya estaban coloreadas de un intenso carmín por su fiebre.

- Recuestate - soltó - si me haces caso por la mañana te sentirás mucho mejor- Inosuke hizo caso a las indicaciones pues se sentía realmente débil.

La pelinegra se sentó en un taburete cerca de la cama donde yacía el castaño con terminaciones azules colocando un trapo recién mojado en su frente.

...

Las horas pasaban y Aoi no se despegaba ni un segundo del pequeño banco al lado de la cama en la que reposaba Inosuke. A pesar de que la mayor parte del tiempo hubo un completo silencio este no era incómodo, en cambio era reconfortante.

Una vez que el agua de la vasija se terminó la pelinegra se levantó para llenarla nuevamente, sin embargo, su antebrazo fue tomado suavemente por Hashibira.

Se sentó nuevamente sin decir una palabra y sus miradas se cruzaron.

El zafiro y la esmeralda se encontraron dejando en segundo plano cualquier otra cosa que estuviera pasando.

Caótico - InoAoiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora