Lucía 1

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30 de junio 2028

Despierto por el sonido incesante de mi alarma, algo desorientada mi mente empieza a repasar todo lo que debo hacer el día de hoy.

Observo mi habitación, frente a mí un televisor, abajo un mueble con algunas fotografías, y un pequeño florero, al lado una puerta que conduce al baño y por último al lado de esta una puerta que conduce a mi guardarropa.

Observo mi mesa de noche en donde hay un vaso con agua a medio tomar, un libro y por último reposan mis anillos de compromiso y matrimonio.

-Ash- Quito las mantas de mi cuerpo y me doy una ducha rápida, luego me dirijo a tomar la perilla y abrir la puerta de mi guardarropa, tomó rápidamente un atuendo que prepare la noche anterior con el fin de que no me tomará mucho tiempo ver que colocarme, me decido por un vestido de corte A color negro y una sandalias de tacón, cuando voy de camino a la salida de mi guardarropa encuentro una sección conformada por camisas formales, algunos trajes en colores neutros y calzado de hombre, todo esto pertenece a Alex, no tuve el valor de sacar sus cosas, y sé que esto lo único que provoca en mi es más daño, pero no puedo evitarlo, no quiero dejarlo ir, no aún.

Apresuro mi paso quedando frente al tocador para peinar mi cabello negro, el cual me llega maso menos a mitad de espalda, la noche anterior lo seque y planche, y lo agradezco ya que solo es pasar un peine y lista, por último, mirando al espejo observo mi rostro, mis ojos en tonos café, con ojeras, se notan cansados, mi nariz respingada, labios medianos y algo secos, por lo cual procedo aplicar un poco de bálsamo, y los demás productos de mi rutina.

Bajo las escaleras apurada, y salgo de casa, Alex y yo decidimos comprar una casa mediana de dos plantas en un conjunto residencial muy recomendado por su alta seguridad, Alex siempre ha sido muy sobreprotector con su familia y conmigo, bueno era muy sobreprotector.

Tomo mi auto y me dirijo a la clínica central de Miami, desde muy pequeña tenía presente que quería ser médico, hoy a mis 26 años, soy cardióloga, estaba empezando mis estudios para obtener la especialización en cirugía Cardiaca, suena muy redundante, sin embargo, a fin de cuentas, no continúe...

Cuando cruzo las puertas principales de la clínica, que me llevan a la recepción, se encuentra Liliana, una enfermera, en la cual no prestó mucha atención.

-Bueno días- digo con mi voz neutra.

Sigo de largo sin esperar una respuesta de su parte.

El elevador me lleva hacia el piso decimoquinto. Cuando llego a mi piso, veo a Carla, otra enfermera, ella siempre me da una sonrisa amable, aunque, mi sentido del humor no sea el más fácil de soportar, tiempo atrás la antigua Lucía podría ser su amiga, pero en dado caso no soy la misma.

-Buenos días Carla, ¿qué tenemos para hoy? Digo acercándome a su escritorio.

-Buenos días doctora Lucia, el día de hoy tiene una cita a las 10 de la mañana.

-Gracias- digo e ingreso a mi consultorio

Cierro la puerta tras de mí y caminó hacia el perchero en donde está mi bata, la cual colocó rápidamente, el día de hoy tengo muchos pacientes y aunque llevo algunos meses ejerciendo me sorprendo por todos los jóvenes que tengo en consulta con problemas serios.

Enciendo la pantalla de mi computadora y me recuesto en el la silla, cierro los ojos al escuchar la puerta.

-Siga- digo aun con los ojos cerrado

-Con permiso doctora, disculpe mi atrevimiento, pero noto algunas ojeras y le traje un rico desayuno-Abro mis ojos y me acomodo rápidamente, Carla pone el desayuno frente a mí.

Al final todo regresa. (Saga Italiana #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora