seis

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La manos de Jungkook se movían, con delicadeza, consiguiendo una melodía que para los oídos de Yoongi era hermosa.
Tan hermosa, que lo hizo sonreír.

Los dedos del menor ya no se resbalaban y sus manos ya no temblaban al tocar el piano. Jungkook se veía seguro de sí mismo,

y eso, a Yoongi, le gustaba más que la melodía.

El castaño volteó hacia el mayor, que lo estaba viendo asombrado con una sonrisa esbozada en su rostro. "Buen trabajo, Jungkook."


Y ya no se oían sus voces, ni la música. Ni siquiera el ruido de sus manos al chocarse los cinco ni la puerta al cerrarse. Todo parecía inaudible para Jungkook porque no necesitaba nada más.


¿Había estado así de feliz alguna vez? No podía asegurarlo. Lo que sí era seguro para él era que, definitivamente, esa era la razón por la cual quería tocar el piano.


evangelion : yoonkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora