Después de haber terminado las clases acomode mis cosas antes de irme a casa, pero había algo que me inquietaba respecto a Lysandro. Él andaba más pensativo de lo normal, y cuando me acercaba él, se alejaba sin mirarme o dirigirme una palabra, ¿Acaso hice algo malo para que se molestara conmigo? esa era la pregunta que estaba en mi cabeza.
-Su, ¿Ya estas lista? - Rosa me alejó de mis pensamientos.
-Espera, me falta poco. - le dije mientras guardaba el último cuaderno rápidamente y me dirigí a la puerta, donde ella me esperaba.
-Dime, Sucrette. - me miró fijamente -¿Qué te está preocupando? - agarró mis manos firmemente para que no intentará huir.
-D-de qué hablas? - fingí no saber a qué se refería, pero no funcionaría con ella, ya que sabía todo tan solo observar mis acciones.
-¡No mientas! Has estado muy metida en tu mente en todo el día, por favor, dime qué es lo que sucede. - sus ojos mostraban tristeza.
-Es sobre Lysandro, sí. - suspire cansada -Él me ha estado evitado últimamente, y la verdad no sé qué habré hecho para que se molestara.
Repentinamente la expresión de Rosa cambio a una más alegre - Ay, mujer, ¿Qué te hace pensar que este molesto contigo? -
-Pues, no me habla y se aleja de mí. - me encogí de hombros y escuché una pequeña risa de su parte.
-Su, debes ver más allá de lo físico. Tal vez haya otra razón por la cuál haga eso, y tú ni en cuenta. - se rió por otro segundo -Ahora dime ¿Quisieras ir conmigo a una fiesta que han organizado Leigh y Lysandro? - cambió el tema y no la entendía.
-Por supuesto. - sonreí, está era una buena oportunidad para dejar las cosas claras con él.
-¡Estupendo! - se emocionó -Pero debes saber que será al estilo victoriano. - me jaló hasta la salida del instituto -Así que iremos con Leigh, para buscar unos vestidos adecuados. - genial, esto sería una sesión de compras larga.
-Detente, Rosa. - casi grité para que me pusiera atención -Tengo que ir a mi casa a dejar mis cosas y pedir permiso.
-No hay problema. - guiñó un ojo, y retomamos la marcha a la tienda de ropa -Después de ir por los vestidos, iremos a mi casa para arreglarnos y llamar a tu casa. -suspiré, ya no había vuelta atrás.
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-Da un giro. - dijo Rosa, viéndome de pies a cabeza sin parar -¡Perfecto! Ese vestido estará bien para ti. - sonrió con victoria.
Luego de cuatro horas buscando, probando vestidos y muriéndonos por falta de oxigeno, habíamos encontrado los vestidos que nos quedaban cómo anillo al dedo; El de Rosa era morado oscuro con un diseño sencillo pero un poco atrevido, descubriendo su espalda y hombros resaltando su pecho y su figura por lo pegado que estaba, mientras que el traía puesto, en esos momentos, era de color negro y en la parte superior tenía varios detalles de flores blancas de distintos tamaños por todas partes, mangas largas y con un cuello blanco tipo cola de pavo real.
-¿Segura qué me veo bien? Es que me siento algo anticuada. - a mí parecer, esto era para gente adulta, cómo de unos 40 años.
-Segura. Te ves cómo toda una doncella. Así Lysandro ya no podrá despegar sus ojos de ti. - guiñó su ojo derecho, ahora ya no me sentía tan incómoda, a parte, lo hacía por él. -Bien. Solo faltan los accesorios, pero eso esta en mi casa.
-¿Accesorios?
-Sí. Joyas, guantes, bolsas, ¡Mujer, no podemos ir tan simples a la fiesta! - y me metió de nuevo al probador para cambiarme.
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Chicos tan dulces como el melón
أدب الهواةOne-shots con Kentin y Lysandro de corazón de melón