Virtual Soul (Haikyuu!!)

III

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I want to win, but I can't let you go.

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Desde ese entonces, Bokuto comenzó a verse más seguido con Akaashi, entraban a una sala privada que servía como un simulador a baja escala, pues no tenía tan buenos detalles como al que estaban acostumbrados. El agua se veía incluso menos fluida, pero claro, no podían comprarlo con el servidor principal de la corporación dueña de ese universo digital. Aún así, Bokuto nunca dejaba de decir lo impresionante que era que Akaashi haya adaptado tal sala en esto. Kuroo tenía que darle crédito, aunque con menos calidad, habían escenarios incluso mejor diseñados para combates que en el gameplay principal. Por otro lado, estaba la seguridad que tenía.

Para entrar a dicho sitio, tenían que tener permiso de Akaashi o recibir una invitación directa, ya que primero tenían que ingresar a su space personal, con un código demasiado complejo como para aprenderlo de memoria.

Kuroo de vez en cuando se unía a ellos en sus entrenamientos. Debía admitir que, si, Akaashi era realmente bueno tanto en las peleas cuerpo a cuerpo como en su puntería tan certera. Ni siquiera tras 2 meses de practicar a su lado habían logrado vencerlo, ni una sola vez. Y por tanto, no tenían su ansiada revancha, eso era algo frustrante, aunque su compañero no parecía compartir el sentimiento.

Pero también, Kuroo había comenzado a notar más la presencia del rubio. Comúnmente estaba con ellos, pero se mantenía al margen, alejado a unos metros jugando con la pantalla proyectada frente a sus ojos, mayormente jugando algún arcade (versiones reestructuradas de viejos clásicos, había escuchado que Akaashi los había programado especialmente para él). Algo que molestaba al azabache, era el aparente desinterés por el entrenamiento que tenía Kenma, es decir, les habían quitado sus lugares, al menos que se tome las ligas en serio. Pese a no tenía nada en contra de aquellos juegos, ¿era enserio? ¿Jugar videojuegos dentro de un videojuego? Era un mal chiste, y los reconocía ya que pasaba mucho tiempo con Bokuto.

La curiosidad de Kuroo alrededor del chico crecía más y más, por alguna razón el mayor siempre evadía sus preguntas específicas, Akaashi solo le dio poca información, cosas que en ese tiempo ya sabían, como que era introvertido, le gustaba pasar tiempo solo y no era mucho de contacto físico (ni virtual aparentemente). Aunque Bokuto parecía pasarla bien en sus entrenamientos, Kuroo aún tenía dudas sobre ellos, eran demasiado sospechosos, sobre todo el más joven, era enigmático y no le gustaba para nada.

Por ello, un día en que Bokuto por fin logra darle pelea a Akaashi, el azabache se acerca al chico rubio que está sumergido en su juego. Lo hace con discreción, al menos lo más que puede.

—Hola Kuro —, dice Kenma sin quitar la vista de su pantalla holográfica.  El aludido se sorprende al ver como el menor le percibe sin esfuerzo alguno, aún por detrás de él.

Tetsurou seguía algo frustrado por ellos, nunca había logrado igualar en ese sentido a Kozume (¿Nunca?). Aún así, algo más llama su atención. En la pantalla del proyector del menor no hay un juego, como había pensado. Era un fondo negro con miles de números verdes. Un largo mensajes en código binario. La página se cierra cuando los ojos dorados del más bajo se posan sobre él. El mayor no es un experto en estas cosas, pero nunca antes había visto a alguien dentro del juego manejar ese tipo de archivos, era alarmante y sospechoso, ¿Qué nivel tendría para hacer eso? ¿Es privilegiado de alguna manera? Akaashi ha mencionado haber formado parte de los programadores, pero Kenma era un usuario supuestamente más joven. Aunque no lo aparentaba, debía ser al menos 10 años menor que Kuroo y no se notaba en absoluto. Quiere preguntar, pero ellos ya no son cercanos como para hacerlo, ¿Acaso Akaashi ha movido algo dentro del servidor para ocultar los datos de Kenma? No, sería demasiado complicado por no decir ilegal.