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CAPITULO 5:
-Entre besos dulces y encuentros amargos-
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¿Recuerdan cuando dije que me negaba a asistir a la estúpida fiesta que se celebraría en el capitolio? Bueno, no estaba pensando con claridad.
Luego de que Gaia me ayudase a ducharme y vestirme para la supuesta "celebración", me explicó que la misma era una estrategia para que los ciudadanos más destacados del capitolio pudiesen empezar a escoger a quien patrocinar. Ya que se encontrarían con 24 tributos que adoraban con locura, y sería sumamente difícil escoger solo a uno para apoyar hasta el momento de la victoria.
No dude por ni un solo segundo que yo sería la elegida, pero Gaia insistió en que debía comportarme bien y evitar hacer comentarios fuera de lugar. Al parecer soy experta en eso.
Ella intentó convencerme para contactar a mi equipo de preparación. El cual consistía de cuatro hermanos ridículamente idénticos con la sonrisa más brillante que jamás conocí, y unos ojos modificados artificialmente para parecerse a los de un felino exótico. Sus pieles siempre estaban muy bronceadas y sus bocas listas para contarme todas las locuras que sucedían en el capitolio.
Los quería, realmente lo hacía con cada fibra de mi ser. Estaban junto a mi desde que gané mis juegos, y siempre lograban sacarme una sonrisa. Pero también se que pueden ser demasiado dramáticos, y que no tardarían en llenarme de abrazos pesados y lagrimas saladas en cuanto me vieran.
Y se que si lo hacían, yo también comenzaría a llorar.
Así que Gaia tuvo que ocuparse por su cuenta de prepararme. Y fue bastante buena en ello, ya que en menos de lo que uno creería posible, me encontré vistiendo un hermoso vestido blanco de gala, con grandes vuelos a los costados. Este tenía un corte a la altura de mi pierna derecha, por lo que cuando caminaba, mis zapatos plateados (que combinaban con pequeños detalles que tenía mi atuendo), salían a la luz.
