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No grité, no pestañé, no respiré, me pregunté por un momento si había sufrido de un infarto y solo me mantenía ahí de pie completamente estática por el susto cuando se levantó de su lugar sin dejar de mirarme, supongo que era lo último; me había quedado paralizada. El sujeto tenía rasgos perfilados, sus ojos ligeramente achinados de un extraño color que se debatía entre el verde o marrón claro, creo que era algo así como el ámbar, su barbilla cuadrada le daba cierto atractivo cautivador y era bastante alto, tal vez mi cabeza le llegaba al pecho.

-¿Qué es lo que buscas? -preguntó, su voz era profunda sin embargo podía notar algo de nerviosismo o ligera duda, no estaba segura.

Tragué saliva pesadamente, tenía raras ganas de orinar pero presioné mis muslos y me negué a demostrar lo cagada que estaba.

¿Que qué yo buscaba? Posiblemente a ti.

Pero mi cerebro pareció olvidar cómo conectarse con mi lengua y hablar, no podía pronunciar ni siquiera un gemido de temor. Él dio un paso hacia mí, su mano alzándose lentamente como si quisiera saber si podía tocarme, seguí sin moverme, ¿de verdad esto estaba pasando? A pesar de que estaba frente a mí todo me parecía demasiado surrealista.

-Eres la chica que vi ayer -continuó. Mi entrecejo se frunció débilmente, al parecer él también me había visto, había sido él, no mi imaginación-, cabello castaño tan largo y mejillas muy rojas, sabía que el sótano guardaba algo interesante...

Todo mi cuerpo comenzó a temblar completamente en nerviosismo, sus dedos lograron rozar un mechón de mi cabello y fue cuando di un paso atrás sin poder resistir el impulso de alejarme del sujeto fantasma y solo pude ver el reflejo de sus ojos ámbar verme por un momento antes de que él se esfumara frente a mis ojos.

Él está en el sótano [Completo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora