Él está en el sótano [Completo]

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  —Austin —murmuré sin poder contener la extraña alegría que me provocaba el poder verlo después de tanto tiempo, mis labios se estiraron sin poder evitarlo y solté las cosas que había traído para dormir solo para correr hacia él y salté envolviéndolo con mis brazos a su alrededor al igual que mis pies con fuerza, temiendo que volviera a esfumarse.

Ahora sentía que todo estaba bien.

Después fue que reaccioné.

Se suponía que él se había convertido en mi compañero de días porque prácticamente leía su diario todo el tiempo, me había convertido en algo así como su fan, pero de seguro él no se sentía de la misma manera, de seguro yo era para él solo: “La chica que se aparecía en el sótano” así como él era para mí: “La sombra del sótano”.

¿Qué —mierdas— haces Dia?

Me bajé de su cuerpo y di un paso atrás sintiendo un extraño cosquilleo en mis mejillas posiblemente de vergüenza cuando alcé la vista hacia él, Austin parecía sorprendido por mi reacción, pero tenía una ligera sonrisa en su rostro que no me hacía sentir tan fuera de lugar, sus ojos parecía brillar en la penumbra haciéndolo de alguna manera muy hipnotizante.

—Yo también... Te extrañé —murmuró pareciendo ligeramente temeroso, como si nadie nunca le hubiera demostrado tanto afecto.

Me extrañó. Él también me extrañó.

—¿Leíste lo que te escribí en el diario? —pregunté, mi corazón latía con desenfreno, debía de parecer toda una demente desesperada.

Cálmate Dia, respira.

Él afirmó con la cabeza, su sonrisa ensanchándose ligeramente.

—Apareció esta mañana —dijo—, ¿Cómo lo hiciste?

Le comencé a explicar que leía lo que él escribía cada día y que se me ocurrió escribir en una hoja en blanco del diario para ver si daba resultado, al parecer sí ocurrió así, y como lo sospechaba, nuestro extraño túnel lo dividía un día, yo parecía estar 24 horas adelantada y él 24 horas atrasado.

—Mis padres jamás lograrán entender que soy bueno en esto, nací para ser médium —decía Austin, explicándome las peleas familiares que tenía y el rechazo que había tenido que vivir todo este tiempo.

A estas alturas había extendido mi sábana y ambos nos acostamos uno al lado del otro mirando el techo, estábamos tan cerca que cada vez que su hombro rozaba mi brazo o su pierna mi pie todo mi cuerpo cosquilleaba.

—Si tú crees en ti —dije—, no debe importarte lo que diga nadie más, sigue adelante, tendrás éxito en todo lo que te propongas, yo creo en ti, creo en que lo lograrás.

Pude ver una ligera sonrisa en su rostro y volteó a mirarme pareciendo complacido con mis palabras, quería besarlo, ¿debía hacerlo? Sus ojos bajaron a mis labios por medio segundo y sentí que era el momento perfecto.

Hazlo no seas cobarde Dia.

No sería cobarde.

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Buenooos días/noches/tardes espero estén bien, feliz inicio de semana y feliz julio, ¿Será que nuestra querida Dia lo besará? ¿Acaso puede funcionar una relación con un fantasma? Esto está apunto de dar un vuelco inesperado...😆😆😆

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