Los cinco ahora caza tesoros se introdujeron a los sombríos pasadizos de las minas, esquivando los miles de carteles de peligro y precaución, iluminados por la antorcha de Marielle y siguiendo las indicaciones del mapa que llevaba Keitlin, poco a poco las cuevas se convertían en caminos mas estrechos y repetitivos. Al cabo de unas horas de caminata Gastón, el mas perceptivo del grupo noto como las irregulares cavernas que se ensanchaban y contraían con frecuencia, en algunos sitios se recubrían con perfectos ladrillos pulidos que no parecían hechos por mineros. En el pasado existieron las llamadas razas pre-humanas; antiguas civilizaciones con un mayor conocimiento del mundo y la naturaleza, que se extinguieron en un terrible cataclismo. Una de estas civilizaciones; el reino de los Enanos, tenia su capital justo aquí; pero de ella solo quedan cavernas, dado que fue enterrada por el tiempo. Las minas no solo recuperaban cobre sino también toda clase de artilugios mágicos, ya que los enanos poseían un control excepcional del Maná. El Maná es la fuente de la vida y dentro de si todos los seres vivos la poseen, pero solo algunas especies como los humanos, o en sus tiempos los enanos, han podido manipularla traduciéndola a través de artilugios místicos como libros, báculos o varitas en materia, energía o vida. De los humanos solo uno de cada diez posee un poder tan avanzado como para manipular el Maná con destreza impecable; a estos excepcionales humanos se les conoce como afines a la Magia. Pero los enanos no tenían tales términos ya que no nacía uno sin esa afinidad asombrosa y natural. Al menos por lo que se conoce de los escritos que se han conservado hasta la fecha.
La expedición se alargó unas veintiocho horas y se vieron obligados a dormir con las mantas de Erza, quien se mantuvo callada todo el viaje dado que un mal presentimiento la acechaba desde la entrada. Se perdieron un par de veces antes de toparse con el final del camino; una enorme puerta de madera tallada con inscripciones in-legibles en el idioma de los Enanos, yacía frente a ellos en donde el camino marcado por el mapa terminaba, la puerta emanaba Maná por cada uno de sus contra-relieves, aunque la única que notaba esto era Marielle la cual era afín a la magia, ver esto solo la emocionaba más.
Luego de apreciarla un buen rato, Erza empujó con todas sus fuerzas la enorme puerta y se encontraron con una habitación enorme que parecía haber sido escavada en su totalidad para poder ver una enorme estatua de unos veinte metros de un enano que portaba una barba recortada, una bata y una caja de unos tres metros cubicos en sus manos, con una puerta al centro. La figura de piedra estaba conectada a la puerta de madera por un largo puente de pino que tenia unos ocho metros de altura por sobre el suelo rocoso de la habitación y que podía verse agujereado por los insectos (en las cuevas profundas se encuentran unos feroces insectos conocidos como polillas azules capaces de devorar madera, roca y carne indiscriminadamente, se mueven en grupos grandes y seguro estaban cerca por los poros de las piedras que servían de entrada a sus madriguera).
Todos se miraron entre si, esperando a que alguien señalase quien debía ir primero, nadie se atrevía a señalar o a ofrecerse.
-piedra, papel o tijeras?- preguntó Gastón mirando al resto temeroso.
-yo tengo la luz, debo avanzar primero para saber que hay delante- dijo Marielle esperando a que alguien se ofreciese a ir en su lugar.
Keitlin titubea pero no dijo nada, solo extendió su mano para chocarle el puño a su hermanita menor (una seña que tenían como despedida cuando una estaba apunto de hacer algo arriesgado).
Marielle respiró hondo, cerró los ojos y dio su primer paso a ciegas, las tablas crujieron y al segundo lo hicieron aun mas, Marielle siguió caminando sin notar que las piedras se movían y se volvían azules, llegó al otro lado, pero los escarabajos ya estaban analizando si habían encontrado comida nueva.
- no hay recompensa sin riesgo- exclamó Gastón antes de salir corriendo por el puente, a sus pasos la plataforma de madera temblaba cada ves más y los insectos no pudieron reaccionar, en su ultimo paso antes de que pudiese llegar a la otra puerta (esta ves de piedra, ya abierta por Marielle) una tabla colapsó y su pie cayó al vacío. Marielle soltó al antorcha y le tomó del brazo subiéndolo al recién revelado pasillo que se extendía por la figura de roca.
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Gremio de los Moribundos
FantasyBasada en una partida de rol. Cuenta las aventuras del maravilloso Gremio de los Moribundos y de todos sus miembros, de sus viajes a través de del basto continente sin nombre; porque no existe ningún otro. Y de cómo sus acciones les llevaran a ser p...