Parte 4: La fundación

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Marielle miró a su lado donde se encontraba la mochila aún manchada de sangre fresca y vio como resplandecían las monedas de oro con la luz de la luna, sobresalía del bolso rasgado un bastón de metro y medio, hecho de metal tan pulido que podía reflejar a la perfección la luz de las estrellas; pero no la de la luna y que estaba enroscado como un resorte; de manera que como Gorwel indicó, se podía encastrar un segundo bastón exactamente igual pero doblado en dirección opuesta.

Marielle pasó la noche entera cavando con sus propias manos las cuatro tumbas en el suelo arenoso de un río, depositó sobre los ataúdes las monedas de oro que les correspondían a cada uno y se marchó al pueblo al amanecer.

Gabriel y Distolux racionaron todo lo que pudieron los primeros dos días de expedición pero al tercero asumieron que nadie llegaría, y no solo devoraron todo lo que pudieron y se acabaron todo el vino, sino que también realizaron cinco funerales sin cadáver, Gabriel se proclamó alcalde y Distolux habitante de honor del pueblo de Zirve y juntos reclamaron como suyos todos los territorios del este del continente; hasta en un momento de borrachera falsificaron un documento de la reina que avalaba el reclamo. Su festejo fúnebre acabó con un golpazo en la puerta de la posada; una figura femenina con el pelo castaño claro todo enredado, las manos manchadas de tierra y sangre y con los ojos verdes que se convirtieron en rojo de tanto llorar rodeados de una estela negra de ojeras como si no durmiese en meses. Lanzó sobre una de las mesas la mochila rasgada que dejó caer veinte monedas de oro a lo largo de la mesa. Los amigos quedaron perplejos pero no por todo el dinero desparramado sino por el terrible estado de Marielle; Gabriel le llevó al baño para que se asee donde ya estaba preparado un barril con agua destinado en un principio para Distolux, mientras éste preparaba una cama para que pudiese descansar.

Marielle despertó en una de las habitaciones de la primera planta; una vez más no podía recordar lo ocurrido después de entrar a la posada, le tomó varios minutos ponerse de pie porque esta vez sí le dolía la herida, usó el báculo que los chicos le colocaron junto a la cama para que le ayudase a caminar pero no sin antes envolver en una manta su dedo que ardía del frío, avanzó fuera de la habitación por el pasillo que daba a un lado de la barra por donde su padre caminó con tanta lentitud como ella ahora mismo, pero antes de su muerte. Sentados en una mesa no solo se encontraban Gabriel y Distolux sino también un comerciante que llegó esa misma mañana en busca de pueblos con cosas interesantes para comerciar en el sureste; este lado olvidado del continente. Los cuatro charlaron mientras bebían café negro y Marielle les comentó a los demás su idea de abandonar el pueblo de Zirve e irse como aventureros la menos hasta que completasen la misión de Gorwel y encontrasen un lugar mejor a donde ir; resulta que había dormido todo un día y ya se los había comentado la mañana anterior, Distolux había propuesto un nombre para su grupo que a todos les había parecido correcto "El Gremio de los Moribundos"; serían un Gremio porque todos procesarían el oficio de aventureros y Moribundos por sus raíces sembradas en un pueblo al borde de la extinción y ademas porque sonaba bien. Draco el comerciante se ofreció a venderles algunos de sus útiles para el viaje dado que no podía acompañarles porque se dirigían a lugares opuestos; Marielle pudo descubrir el lugar al que deberían dirigirse ya que Gorwel le advirtió que las monedas servirían como brújula y al ponerla sobre la palma de su mano la moneda de oro se elevo un par de centímetros y se deformó asta parecerse a la aguja de una brújula que apuntaba al oeste. La compra fue un éxito y tras un par de horas de regateo el resultado fue:

-2 mochilas (para Distolux y Gabriel)

-3 cantimploras (para el agua que es muy importante -beban agua-)

-3 chalecos de cuero (para proteger sus cuerpos de futuras heridas)

-1 Kit medicinal (para sanar poco a poco la herida de Marielle)

-1 gancho con un par de metros de cuerda (Distolux siempre quiso uno)

-muchas provisiones (las suficientes para comer hasta llegar al siguiente pueblo)

-1 kit para campamentos (muy útil y necesario para cualquier aventurero)

-3 bolsas de dormir (para estar calentitos en la noche)

-1 mapa (sería necesario dado que ninguno había salido jamás de Zirve)

Marielle no tuvo que gastar ninguna de sus monedas ya que pudo comprarlo todo con la esplendorosa gema que Gastón recogió de la fuente y que tuvo la ocurrencia de guardar en la mochila.

Draco en agradecimiento por la hospitalidad y por haberle dado tan valiosa gema a cambio de objetos tan insignificantes en cuanto a valor les regaló sus ultimas tres pociones de maná; las pócimas eran objeto de estudio de la alquimia, un arte que se encargaba de fabricar estos maravillosos brebajes con propiedades místicas a través del uso de misteriosas técnicas y extravagantes ingredientes. Algunas de las pócimas más comunes son las de vida que restablecen la salud y sanaban heridas y que Keitlin con sus vagos conocimientos de la materia fabricaba para su padre con el uso de sus hierbas, o las pociones de maná que con su digestión restablecen las reservas de maná del comensal. Marielle no dudó en beberse una para dejar de perder la memoria de días enteros y el resto las guardó Distolux en su mochila.

Los tres empezaron su viaje en cuanto Draco se marchó y nombraron a Marielle la Jefecita del Gremio de los Moribundos. Tras un día de viaje a pie por el camino de tierra que llevaba al oeste, el Gremio se paró a descansar y mientras Marielle cambiaba su venda, Distolux cocinaba algunas carnes saladas en el fuego y Gabriel preparaba los sobres de dormir y traía nueva leña. La noche fue calurosa pero al segundo día de viaje encontraron un pequeño riachuelo cristalino en el cual asearse a un lado del camino, no dudaron en detenerse a rellenar cantimploras y tomar un baño, Gabriel tiró su mochila, se desvistió de golpe lanzando todo al suelo y se lanzo al agua. Distolux entró segundo; dejó sus prendas colgadas de la rama de un árbol y empezó a lavarse con un trapo a modo de esponja, su cuerpo era aun mas pálido bajo su ropa. Marielle se desvistió lento; aún le dolía su herida, sobre una roca depositó su chaleco de cuero y su camisa, y al sacarse la venda que rodeaba su tronco con algunos quejidos; dejó ver una herida que aún no cicatrizaba en su pecho que pasaba justo por encima de su pezón; desde debajo de la garganta hasta ocultarse bajo su brazo a unos veinte centímetros debajo de su axila.

Distolux se sonrojó un poco al verla y sumergió su rostro hasta los ojos para que no se notase, Gabriel explotó en risa al verle mientras Marielle se sumergía con delicadeza a lavar su herida. Acamparon junto al río y a la mañana siguiente se encontraron con una muralla de madera que les tapaba el paso.

Gremio de los MoribundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora