Miedo

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Hoy era el turno de Cray a salir a comprar las cosas, no era un problema, de hecho ya estaba en aquella fila del súper esperando a ser atendido como las demas personas. Miro a su alrededor viendo si llevaría algo mas de lo pedido, perdiendose entre una de esas estanterías que están al lado del cajero.

Al no ver nada que llamara su atención levanto su mirada hacia al frente, abriendo sus cuencas de golpe retrocediendo unos centímetros de su lugar. Frente a él no se encontraba ni nadie mas ni menos que aquel hombre que les miraba cada que salían y entraban a casa, si, el acosador, quien le miraba atentamente, con la misma expresión que solía tener. También hacia fila para otro cajero, trago la saliva que no sabia que contenía y asintió con la cabeza en forma de saludo, al ver que este no hacia nada mas que mirarle volvio a poner su mirada al frente, sintiendo aquella mirada sobre él.

Una vez pagada sus cosas y guardadas en bolsas, las tomo con cierta torpeza causándole una risa a la persona que guardo sus cosas.

—Parece que alguien va muy apurado.— Comentó aquel esqueleto que tenia una flor en su mejilla. Cray río intentando no sonar tan nervioso mientras asentía.

Mi novio me espera.— Se excusó haciendo el otro sonriera.

Claro, gracias por venir. Tenga lindo día.

—Igualmente.— Contestó de forma apresurada para salir de forma apresurada de aquel super mercado.

Una vez estuvo afuera respiro con tranquilidad, como si hubiera hecho ejercicio. Camino hacia casa con confianza, por suerte aquel super no estaba tan lejos de su hogar.

Pero cuando menos lo espero, en un ventanal pudo ver como aquel hombre iba detras de él, tratando de no verse del todo asustado volteo a ver disimuladamente a aquel ser, cruzando ambas miradas, Cray volvio a mirar hacia al frente sujetando aquellas bolsas con mas fuerza empezando a caminar de forma rápida. Penso que asi perdería de vista a aquella persona que le seguía, mas al cruzarse con otro ventanas vio que le seguia a la misma velocidad que el iba caminando.

Entró en pánico, «¿Qué quiere de mi? ¡Soy pobre señor deje de seguirme por favor!» Pensó como si le estuviera escuchando, pero el miedo recorría cada parte de sus huesos, apretando mas sus manos, camino de forma mas rápida, no llegando a correr pero tampoco teniendo una caminata como los demas transeúntes. Escuchaba unos pasos apresurados detras de el, sabiendo asi que aquella persona también le estaba siguiendo a la misma velocidad.

En cuanto estaba a unos pasos de su casa se detuvo con lentitud, no quería que ese tipo entrara a su casa. Así con una valentía que no supo de donde saco, volteo su cuerpo para encarar a su vecino pero al hacerlo no había nadie ahí. Miro a su alrededor, a su casa y la otra esquina, pero no había nadie, solto un suspiró de alivió y camino con lentitud hacia la puerta de su casa.

Por inercia volteo a ver hacia la casa de su vecino y, si, ahí estaba, parado mirándole fijamente. Contuvo un grito, totalmente macho, que iba a soltar y entro a casa con rapidez, no quería salir por todo un mes de ahí.

Un Dia NormalWhere stories live. Discover now