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A veces vivir parece fácil, pero la realidad es que cada segundo se te hace más difícil desear respirar. Quisieras desaparecer, hasta llegas a desear nunca haber nacido por muy trágico que suene. Te sientes solo y crees una vez más que no encajas, que todas las mentes a tu alrededor son demasiado ambiciosas y tú solo quieres reír sin miedo, hablar sin tener que medir tus palabras, gritar y que no te juzguen de loco. Pero eso es demasiado para esta sociedad tan cuadrada y lo mejor para ellos es hacerte sentir que eres un error, una falla, el raro que sueña con ser feliz a su manera. Te dan la espalda y cuando intentas salir del agujero en el que te han tirado vuelven a empujarte hacia el fondo. Tu cuerpo se debilita y ya no quieres intentarlo más.

En la soledad te das cuenta de que solo te aplastan por ser diferente. Te enorgulleces de lo que eres y pierdes el miedo a gritarlo sin que te juzguen porque eso siempre lo harán, seas como seas. Te salen alas y aprendes a volar, sales de aquel agujero y entiendes que solo puedes ser tú mismo y valerte de ello. No puedes permitir que te cambien por mucho que interrumpan tus caminos, solo tienes que intentarlo hasta derribarlos; porque ellos tendrán la debilidad de ser comunes y tú la fuerza de ser diferente.

Quiero decir...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora