Espejo roto, lágrimas rodando por las mejillas. Debería de dejar de hacer estos espectáculos. Nadie entiende a qué se debe mi encierro en la habitación. Tocan la puerta, no pienso abrir, no hasta calmar este huracán que soy. Piensan en psicólogos, hasta mencionan a psiquiatras, y yo escucho detrás de la puerta y me aferro más a mis piernas. Me tiendo en la cama, está llegando la calma, la obra está acabando. Seco mi rostro y abro la puerta sonriente como si nada hubiera pasado.
— Dime mamá — digo siendo una nueva yo, más consumida por la inseguridad.
ESTÁS LEYENDO
Quiero decir...
AcakDe qué me sirve guardar palabras que se traban en mi garganta cuando puedo decirlas al mundo. Pensamientos, algunos argumentados, otros constan de simples frases. Aquí podrán percatarse de mi manera de pensar, tal vez ,o quizás no. Solo espero que l...