Fantasmas

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Las once de la noche, el acto está por iniciar.

Pasos firmes, un golpe en la puerta seguido, un tétrico grito.

Las once de la noche, siempre puntual

Sentado en el sofá viendo la televisión, subí el volumen, no quería escuchar lo que seguía.

Presione el control remoto, no pude evitar rechinar los dientes, lo escuchaba cada noche, pero jamás me acostumbraría.

Más golpes, una sincera suplica.

Perdón- Solo eso puedo hacer, pedir perdón y seguir con mi vida, él no se detendrá.

Voy a dormir cuando todo termina, tal vez por fin pueda descansar.

Una de la mañana, despierto a la misma hora sintiéndome observado, me giro a la derecha y veo la cama sumirse, parece que alguien está a mi lado.

Siempre es lo mismo.

He pensado en mudarme de casa, pero no lo dejare solo, está sufriendo, me necesita y nadie puede quererlo como yo.

Si la casa es ocupada por alguien más, no lo aceptaran y querrán echarlo.

Simplemente no puede dejarlo solo.

Los lamentos se hacen presentes, su dolor, su pena.

Golpes, uno tras otro y de pronto, todo cesa arrastrando la casa a un silencio sepulcral.

Una detonación con arma de fuego.

Las cinco de la mañana, todo ha terminado.

Solo queda esperar la oscuridad de la noche para un nuevo espectáculo.

.

Un mes antes

Once de la noche...

¿Por qué no entiendes que te amo?-

Eso no es amor Steve, me lastimas-

¡Cállate!, yo no te lastimo, solo te protejo-

Lo ves, lo haces de nuevo-

Perdóname, perdóname, pero tú me haces actuar así, ¡es tu culpa!, me haces hacer cosas que no quiero-

Estaba desquiciado, no dejaba de gritar y reclamarme por cosas que el inventaba.

Yo solo lo protegía de los demás, ¿por qué jamás entendió que yo lo amaba?

Me dolía verlo con alguien más, él no podía estar con otro que no fuese yo.

No era mi intención golpearlo, pero era la única manera de hacerlo entender, las peleas no me gustan y solo así podía detenerlo para que no continuara gritándome.

Parado enfrente de mí, temblaba y gritaba para que yo me detuviese.

Yo no podía parar de llorar, estaba triste por lo que él me orillo a hacer, yo realmente lo amaba, pero tenía que controlarlo, estaba harto de sus arrebatos, tenía que parar.

Habían pasado dos horas desde el inicio de nuestra pelea, discutir con él me ponía mal, me sacaba de mis casillas y me obligaba a hacer cosas que no quería, pero eran necesarias.

Estire la mano y él se desquicio golpeando la puerta tratando de escapar, pero pude prevenirme bloqueándola después de entrar a la habitación.

Ya no podía parar, debía hacerlo entender.

Un fuerte sonido inundo la habitación.

La fuerza lo empujo a la puerta y lo hizo caer, todo paso en cuestión de segundos.

Él jamás se fue de ahí, esa fue la única manera en que él se quedó a mi lado.

-S 

Stucky One ShotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora