Capítulo V

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¡Gracias por las 500 leídas! Que lo disfruten ❤️

K ☕




Neil Meléndez

Estoy en busca de mi Tesla para ir a casa, y noto que una grúa se está llevando un coche que estaba mal estacionado.

Creo que es el de Maia.

Según recuerdo ella tiene un Jetta color blanco.

—¡Ya valio!—Grita esa voz a mis espaldas que tanto me gusta.

También me encanta cuando habla español.

—Lo siento no pude hacer nada, cuando llegué ya se lo estaban llevando— Aún no la volteo a ver pero se que me está escuchando— Por cierto, ¿por qué te estacionarte tan mal?

—No quería llegar tarde, pero no creí que me reportaran, todo por arreglar mi maldito cabello— Maia suelta un suspiro de cansancio y la comprendo, ha estado aquí en el hospital más tiempo de lo necesario y digamos que yo no le ayude mucho.

Mi mente viaja a lo hermosa que lucía esta mañana.

—Te veías muy bonita en la mañana bueno, te sigues viendo bonita hasta ahora— Digo volteando a verla pero noto que su semblante está muy confundido.

—Te urge dormir enserio Neil, pero gracias de todas formas— Me dice sarcástica, aunque se que sigue molesta conmigo.

—Hablo enserio Rose

—Si si, como digas, bueno supongo que llamaré un taxi entonces, hasta luego Meléndez— Busca su teléfono en su bolso y comienza a caminar.

—Yo te llevo—Digo sin siquiera pensarlo dos veces

—Ja, ja, no gracias jefe estoy bien. Te veo mañana

—No te pedí consentimiento Rose, yo te voy a llevar a tu casa.-Suelto con determinación.

—Si como no, ya ve a casa enserio te urge dormir—Maia voltea a verme y yo solo la miro serio, ya que yo no estoy jugando

—¡Ay! Está bien, que amargado es Dr. Meléndez, llevarme a mi casa entonces si no le molesta— Sé que solo quiere enfadarme ella sabe muy bien cómo hacerlo

Maia Rose

La verdad es que si me quería ir con Meléndez pero porque eran las 2 de la mañana y ningún taxi me recibió la llamada. Sólo lo estaba jodiendo.



Neil Meléndez

Subimos a mi Tesla y noto que Maia no está ni un poco nerviosa, enserio me gusta mucho su seguridad.

En cuanto enciendo mi coche partimos del hospital y noto como Maia se relaja y se recarga dispuesta descansar un poco.

—Ni se te ocurra dormir, aún no me dices dónde vives— Digo en tono gracioso.

—Tienes mi archivo en tu celular Meléndez ahí dice mi dirección— Volteo a verla y sigue sin abrir sus ojos pero está sonriendo.

—Que astuta señorita, pero que crees mi celular no tiene pila—Ahora el que dice victorioso soy yo.

—Lo cargaste durante la cirugía de reconstrucción Neil.

—De acuerdo Rose, solo no quiero que te duermas, necesito un copiloto.

𝐍𝐄𝐈𝐋Donde viven las historias. Descúbrelo ahora