Mis Tres Amores [Good Omens]

UN CUENTO DE HADAS

Para ser honestos, Aziraphale pensó que su salida de closet sería mucho mas dura de lo que se la hicieron ver; le dijeron que mucha gente le dejaría de hablar, que puede que parte de su familia no lo aceptara o incluso recibiría prejuicios y acoso de gente desconocida. Pero no, su madre aparentemente ya lo sospechaba desde que había cumplido los doce y su padre simplemente bromeó con el hecho de que al menos no llegaría con la noticia de haber embarazado a una chica.

De resto, todo siguió normal en su casa, ninguno de sus amigos hizo comentarios negativos al respecto, vaya, fue tratado como una persona, como un amigo e incluso las nuevas personas que llegaron a su vida no se inmutaron ni se incomodaron al respecto. Deseo de corazón que ojalá toda la comunidad LGBT tuviera la suerte de ser tratada de esa manera.

Todo marcho con relativa normalidad en su vida, al menos normal para un chico gay de quince años, hasta que en el club de lectura de su escuela entró un nuevo compañero.

-¿Enserio te llamas Oscar Wilde?- Rió Aziraphale, después de que se presentaron. El otro chico rió por la adorable cara de sorpresa de este.

-Si, como el escritor. Creo que no es casualidad que terminara en un club de lectura.- So sonrisa era mas que cálida y amigable.- Pero no puedes juzgarme, tu te llamas como el ángel guardián de la Puerta del Este del Edén.- 
Aziraphale solo se encogió de hombros.

-¿Que puedo decir? Padres religiosos?- Esto  sorprendió a Oscar.

-Oh ¿Y ellos no te...? Bueno, ya sabes.- No sabía como decirlo sin que sonara grosero o con poco tacto, pero por la forma en que lo dijo, Aziraphale supo a que se refería.

-Oh no, ellos lo aceptaron completamente. Incluso los demás miembros de la iglesia no parecen tener problema con ello.- Respondió.

-Ya veo, eres afortunado. Muchos de mi familia intentaron cambiarme, que fuera algo que no no soy. Incluso un tío me dijo que si quería follarme a un chico que lo hiciera mientras fuera a puerta cerrada y en público paseara con alguna chica.- 

-Eso es horrible.- 

-Lo se.- Rió Oscar.- Pero ya me acostumbre y además mis padres se hicieron a la idea hace años. Por cierto ¿Te gustaría ir a tomar algo saliendo de clase?- Aquella pregunta hizo que las pálidas mejillas de Aziraphale cobraran un rojo vivo.

-C...claro.-

Desde aquel día, Oscar y Aziraphale se hicieron muy unidos, ambos frecuentaban el círculo de amigos del otro e incluso sus colegas compartían miradas cada vez que los veían llegar juntos, como si observaran algo obvio que para la pareja no.

-¿Te gusta Oscar, verdad?- Pregunto Michel, una de las amigas de Aziraphale. Este solo se puso colorado.

-Por... por supuesto que no.- Dijo cruzándose de brazos.- Es solo un buen amigo.-