La mano de Red baja a la entrepierna de el desconocido. Su sonrisa se asoma, y la peluca corta con flequillo enmarca su cara. Le susurra algo al hombre, tomando su mano y guiándolo a un callejón obscuro.
Él la toma de las caderas bruscamente, presionándola hacia la pared. Su boca comienza a bajar de su cuello a sus pechos y antes de que pueda seguir avanzando lo golpeo atrás de la nuca.
Su espalda se arquea y cae de rodillas. Se estrella boca abajo, inconsciente.
Red voltea su cuerpo con manos temblorosas, palmeando su abrigo en busca de objetos de valor, yo vigilo.
Sale de la obscuridad con paso rápido, no se detiene al pasar a mi lado, caminando de espaldas con sonrisa triunfante, levantando entre sus dedos una pequeña bolsa la cual no alcanzo a ver su contenido. Llego a su lado, le quito el cabello artificial negro, dejando ver su cabello rojo cereza, el color de mi pelo ahora haciendo juego con el suyo.
Vivir con ella por estas dos semanas fue mucho mas simple de lo que creí, yo me eh acostumbrado a sus preguntas y ella a mi silencio. Podría decir que somos amigos pero no estoy seguro de lo que eso significa.
Llegamos a un club, cuerpos jóvenes chocando con los nuestros. Una vez instalados en el bar ordena lo de siempre. Tomamos el liquido de un trago, y ella me dirige una sonrisa complice, pero mi cara sigue inmóvil.
"Toma" me entrega una de las plaquetas coloridas que saca de la pequeña bolsa que me había mostrado antes. "Solo colocala en tu lengua así" Imito sus acciones de inmediato.
"Vamos" toma mi brazo, guiándome a la pista de baile.
Su cuerpo queda pegado al mio. Su espalda chocando con mi pecho, se mantiene ahí. Tomo sus caderas, moviéndonos al ritmo irracional de la música. Mi boca cae a su cuello, dejando pequeñas marcas casi invisibles. Ella ladea su cabeza.
Pasamos un tiempo así, entre movimientos descoordinados y manos viajando sobre nuestros cuerpos. Y se siente como un segundo.
Entro a el baño solitario. Me recargo sobre el lavamanos, mi cara cuelga hacia los azulejos desgastados. Volteo arriba y veo mi reflejo y por un momento no me reconozco. Tomo algo de agua entre mis manos y mojo mi cara. Y lo repito. Y otra vez. Y una vez mas. Y me veo de nuevo en el espejo, y estoy seguro de que el que me mira de vuelta no soy yo. Así que le grito. Y se comienza a mover independientemente y me devuelve el grito. Grito hasta que mi garganta duele, y me grita de vuelta hasta que su cara se pone roja. Y trato de golpearlo, pero el vidrio cae en pedazos antes de poder hacerle daño.
Caigo al suelo, tomo uno de los largos fragmentos de el espejo que esta en frente de mi. Y mi reflejo ya no esta.
Me quedo un rato asi, pensando. ¿Cómo llegue a esto? ¿Qué me paso en el trayecto? ¿Porqué estoy tan cansado? No entiendo nada, no entiendo nada, no entiendo nada. Pienso en todo lo que pude haber dicho, en todo lo que pude haber echo. Y no entiendo nada.
Mi mirada esta perdida en los cuadros blancos y negros de el suelo, y escucho la puerta abrirse.
Reconozco su voz, pero no la veo.
Se que me esta viendo. Con mi mano sangrando y mis ojos llorosos, casi tan rojos como el liquido emanando de mi mano. Apuesto que le doy lastima.
"Por favor" mi voz entrecortada y sollozante hace eco en el cuarto.
Se sienta a un lado de mi y se acomoda bajo mi hombro, pasando sus brazos alrededor de mi torso. Recargo mi mentón en su cabeza. Y mis lagrimas mojan su cabello.
Pasa su mano sobre la mía y dice "Esta bien."