Parte 12

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Voy en el camión de carnes con tres de mis compañeros de trabajo. Todos se quedaran en un hotel hasta conseguir un lugar donde quedarse de forma más permanente. Por mi parte, he alquilado un aparta estudio para evitar que mis compañeros estén al tanto de mis actividades nocturnas. 

La ciudad resulta tener más actividad de lo que pensaba. Hay tiendas veinticuatro horas y los centros comerciales cierran casi a media noche. Estar rodeado de tanta gente hace que me sienta un poco abrumado, pero trato de mantenerme al margen. La biblioteca también está abierta casi hasta media noche entre semana, lo cuál me da la oportunidad de investigar un poco más sobre los vampiros, pero no encuentro nada que sea relevante o información nueva.

- Sí, sí, te digo que ha sanado bien - Le digo a Mirian por video llamada. Me insiste en que le muestre la cicatriz y le hago caso. Voy al baño para poner el móvil en el lavamanos y me quito la camisa - Dime la verdad, solo querías que me desnudara.

- No me tentaría a mí misma sabiendo que estás tan lejos - Dice ella. 

- Tienes razón. He estado solo y sé que mis manos no hacen lo mismo que tú con la boca - Digo tomando el móvil y regresando a la habitación.

- ¡Marco, no digas esas cosas! - Dice con las mejillas rojas - Te tengo en altavoz.

- ¿Por qué no vienes a visitarme? - Propongo - Podríamos ir a la noria en nuestro aniversario.

- ¡Cierto! - Dice ella - ¿Ha pasado tanto tiempo, tan pronto? 

- Se ha sentido como un abrir y cerrar de ojos - Comento - Espero que podamos terminar de leer el diario - Digo. Entonces, recuerdo lo que encontré en la biblioteca de la ciudad  - He encontrado un libro con las mismas ilustraciones del que encontraste bajo la cama de tu padre, pero está en inglés. Al menos algo que podemos traducir.

- Está bien. Si quieres puedo ir este fin de semana de visita - Dice ella. Se escucha la voz de su padre en el fondo - Hablaremos luego - Dice y lanza un beso. 

Cuando corta la llamada, decido ponerme mis zapatos deportivos y salir a correr alrededor de la manzana. Hay varios perros abandonados y enfermos por la zona, nada que pueda servirme de alimento. Aún cuando mi estado físico se encuentra bien, sigo sintiendo que no estoy del todo recuperado y pienso que mi debilidad se debe a que no he consumido sangre.

Llega el fin de semana y Mirian queda encantada con los juegos del parque de diversiones - ¡Eso fue intenso! - Dice entre risas al bajarse del tornillo mecánico - Deberíamos ir a todos los parques más extremos del mundo - Dice prendiéndose de mis hombros para dar saltitos de alegría. No puedo evitar sonreír ante su entusiasmo y le doy un beso.

Vamos a comer en un puesto en la calle y por primera vez en un largo tiempo me pregunto si mi gusto volverá. No le he dado mucha importancia, pero en este momento al ver la cara de placer de Mirian al probar la comida, me gustaría poder compartir el mismo gozo con ella. 

Tomo su mano y coloco la palma sobre mis labios. Si tan solo pudiera sentir el sabor de su sangre a través de la piel, no tendría que lastimarla - ¿Qué sucede? - Pregunta ella confundida ante mi gesto. - Nada, solo quiero que vayamos a casa - Digo y beso su mano.

Hemos llegado a casa hace un par de horas y después de una larga ducha, ella está desnuda sobre mí. Tengo mi mano sobre su clavícula y rozo mis dedos en su cuello durante unos segundos. Estar con ella es tan placentero que me recuerda lo dulce que es el sabor de la sangre. No entiendo por qué estoy teniendo este pensamiento, pero lo disfruto por un momento. 

El domingo Mirian y yo pasamos un día tranquilo. La acompaño a tomar el autobús y regreso a casa. La siguiente semana el trabajo en la carnicería es un poco más ajetreado y el jefe anuncia que habrá un posible bono a fin de año si las cosas siguen mejorando.

Me la paso en las noches buscando gente similar a mí, vampiros que vivan en la ciudad y mantengan un bajo perfil, pero mi búsqueda no ha resultado tan fácil como pensé. Hasta que una noche, estoy recorriendo un parque durante la madrugada y veo a un hombre encuellando a una mujer contra un árbol. Al principio pienso que se trata de una disputa de pareja, pero cuanto más me acerco, me percato de que el hombre tiene su boca en el cuello de la mujer. Ella parece adormilada y cuando ya estoy por tocar el hombro del sujeto, este rápidamente huye sin dejar rastro. La mujer cae al suelo con los ojos abiertos, pero no dice nada. Al acercarme a ella veo que no tiene una sola gota de sangre en su cuello y solo le ha quedado un moretón.

Los siguientes días seguí yendo al parque y lo veía beber la sangre de varias personas. Me parece un tanto exagerado, teniendo en cuenta que yo podía resistir más de una semana antes de que la sed regresara. Lo que más me causa curiosidad es que cada vez que me acerco a las victimas, parecen estar adormiladas y no tienen rastro de haber sido mordidas a excepción de un simple moretón. Nada de heridas o cicatrices. 

- ¿Por qué me observas? - Escucho decir una voz detrás de mí. Es el vampiro que ha merodeado el parque. Es un hombre que parece tener la edad de mi tía, pero su rostro se ve bastante desgastado.

- Lo siento, no quise molestar - Digo incorporándome. 

- Diría que eres un neófito, pero tu autocontrol muestra lo contrario - Dice él. ¿Un neófito? Pienso tratando de recordar las palabras de mi tía. Él nota mi confusión y dice - ¿Crees que no sé que me has estado observando? - De repente su mano está en mi cuello y me tiene acorralado contra un árbol como si fuese su siguiente victima.  

Quito su mano de mi cuello y lo empujo - De verdad, no era mi intensión molestar - Digo. Él me observa con una sonrisa y comienza a perseguirme por todo el lugar. Apenas si puedo mantener la distancia y siento que a cada paso me pisa los talones. No sé cuales sean sus intenciones, pero presiento que no son nada buenas. 

- ¡Insolente! - Grita lanzándose sobre mi espalda - ¿Cómo te atreves a contestarle a alguien mayor que tu? - Dice con sus pies sobre mi espalda y rasga mi espalda con sus uñas.

Trato de liberarme y lo hago caer hacia atrás al levantarme. Estoy demasiado cansado para seguir corriendo, pero lo intento. Entonces, me muerde el cuello arrancando parte de la piel y carne. Estando en el suelo, lo veo escupir mi piel y sangre e irse. 

Siento que me desangro con cada paso que doy tratando de llegar a mi edificio. Mi vista está borrosa y la cabeza me da vueltas. El terrible escalofrío que siento, es similar a la vez que me atoré en en rejado de aquella finca. Estoy a unos pasos de llegar a la calle donde se encuentra mi edificio, pero pierdo fuerzas y caigo a un lado del anden - ¡Joven, joven! - Escucho una voz femenina. Al abrir los ojos, veo a una mujer frente a mí con gesto preocupado - ¿Se encuentra bien, quién le hizo esto? - Pregunta, pero su voz se escucha como si estuviera bajo el agua. Abro la boca para responder, pero en su lugar no puedo evitar toser sangre que salpica en la cara de la mujer - No se preocupe, la ambulancia llegará pronto - Dice y la veo limpiarse el rostro, para luego mirar hacia su mano con horror. Trata de disimular su expresión y vuelve a mirarme asintiendo una y otra vez.

Mi garganta se siente fría y seca, es algo doloroso, como si me hubiese raspado el esófago con una lija. Ya no puedo resistirlo más, mis entrañas rugen y mi boca se llena de saliva mientras siento como se asoman mis colmillos. Estiro mi mano al cielo pensando que puedo tocar a la mujer. Ella se inclina para tratar de escucharme hablar, y su aroma golpea mi nariz. Escucho el sonido de las sirenas de la ambulancia acercarse, así que levanto el rostro y encajo mis dientes en su cuello. Un segundo, solo un segundo bastó para beber suficiente sangre y sentir que mi corazón vuelve a calentarse. Me incorporo y veo a la mujer con una expresión de confusión en el suelo frente a mí. Ella trata de alejarse, pero consigo atraparla y prenderme de su hombro. Siento como la sangre recorre todo mi cuerpo hasta llegar a mis extremidades. Aún la tengo en mi boca, cuando veo llegar a la ambulancia. Muerdo su hombro y le arranco la piel en un impulso de placer. Tengo suficiente fuerza como para abrir la puerta de la ambulancia de un tirón. Saco del vehículo al conductor y le rasgo la garganta con mi propias manos. Este se lleva las manos al cuello, pero le arranco un brazo para que me deje beber su sangre. Voy a la parte de atrás de la ambulancia y veo a una paramédico abrir las puertas. Ella trata de cerrarlas en cuanto me ve cubierto de sangre, pero evito que lo haga rompiendo sus muñecas. Cae al suelo gritando de dolor. Meto mi mano y halo la mandíbula hacia abajo, lo cuál rompe su rostro en dos, pero ella sigue con vida, así que bebo su sangre. Consigo alcanzar a la paramédico que huye. La encuentro en la calle vecina corriendo por su vida y con una patada es arrastrada a través de la calle. Está inconsciente para cuando la volteo. Escucho los pasos de varias personas que se acercan a la escena y me decido a no dejar ninguna con vida. 

LA BESTIA DE MARCODonde viven las historias. Descúbrelo ahora