Capitulo II

76 11 3
                                    

Acabaron las sirenas, la purga había comenzado y el silencio que antes gobernaba las calles fue aniquilado por unos ensordecedores sonidos de disparos por toda la calle.
Taeil se encontraba en uno de los muros del exterior de su base y pudo verlo todo claramente. Primero sonaron los disparos, luego la gente comenzó a correr, algunos gritaban, él suponía que era para descargar toda la tensión que habían sentido durante el aviso que había iniciado todo esto. Pensaba que era una pérdida de tiempo, quería acabar con ello lo antes posible. Agarró su fusil y en medio de todo el escándalo provocado por los disparos, aprovechó el momento para correr lo más rápido que podía hasta una de las paredes que separaba aquellas bases. Se cubrió al llegar y miró a ambos lados, su corazón iba a mil, no creía que esto estuviera sucediendo realmente. Después de 5 meses, ahí estaba, con un fusil entre sus manos esperando que algún ingenuo pasara por en medio de la gran calle que separaba cada uno de estos grupos. Suspiró pensando en si sus compañeros aún seguían vivos, él confiaba plenamente en ellos, tenía la esperanza de que cada uno de ellos podría aguantar esa noche.

Que ingenuo.

Pasaron unos minutos y nadie pasó por el sitio que defendía Taeil. Eso acabó su paciencia y decidió cambiar de posición. Volvió a correr lo máximo que pudo hasta llegar a unos arbustos que había detrás de su propia base. El silencio y la paz que había en el ambiente eran tan preocupante que solo causaba que se pusiera más nervioso, incluso llegó a su cabeza la idea de que todos sus compañeros habían muerto. Esa idea la descartó al instante, ellos conseguirán superar la noche juntos, obviamente.
Siguió avanzando hasta encontrar a cierta persona con el pelo largo y plateado en aquellos matorrales. Agarró su fusíl y apuntó a la nuca de este. El primero en caer pensó. Ese chico se giró quedando en la misma posición que estaba Taeil, apuntándole con un revólver entre ambas cejas. Este sonrió al reconocerle.

—Joder Yuta —dijo el mayor— Creía que eras otro, ¿Cómo esta todo por aquí? Siento que todo está muy silencioso.

—Todo demasiado bien diría yo... —dijo con una cara seria, la cual transmitía cierta preocupación.

Taeil decidió callarse, y mirar la calle totalmente vacía, nadie, ningún ruido... Hasta que se escucharon unos fuertes gritos a lo lejos.

•••

La alarma había sonado y Sicheng estaba completamente inmóvil en su sitio, sabía que no estaba solo, pues aunque podría ser algo despistado a veces, no era tonto como muchos de los otros grupos pensaban, él era consciente de que había alguien detrás suya, podía escuchar la respiración agitada del acompañante y como intentaba calmarla sin éxito. Estaba nervioso y el corazón le iba a mil, ¿Ya iba a morir? ¿Tan pronto? Solo había pasado un minuto desde que sonaron las alarmas y ya iba a morir, sin duda era una vergüenza para su equipo y para sus compañeros, por eso mismo no lo iba a permitir, no iba a dejar que su fin llegara tan pronto, decidido giró su cabeza y la punta de una navaja paso rápidamente por la piel de su brazo, haciéndole un corte no muy profundo pero sí algo extenso, escocía como los mil demonios, y a pesar de ser una herida no muy grande dolía, joder, estaba temblando, tenía una herida en su brazo izquierdo y alguien iba ya a matarle, gracioso, ¿no?

Miró los ojos del contrario, eran como dos agujeros negros que no le paraban de repetir que iba a ser comido ahí mismo, la media sonrisa de Hendery solo podía confirmarle a Sicheng lo divertida y fácil que estaba siendo esa situación para él y de una manera u otra le enfadaba, le cabreaba en demasía que lo viera como un blanco tan sencillo de aniquilar y destruir, y ahí fue cuando verdaderamente Sicheng supo que debía luchar. La valentía que tenía guardada en no sé dónde salió a la luz y en un rápido movimiento agarró una pistola de la mesilla que se encontraba al lado suya, ya no era el único armado ahí, rápidamente apuntó a Hendery con el arma que acababa de conseguir.

The Purge ━━ nctDonde viven las historias. Descúbrelo ahora