8🥀

21 4 0
                                    

Los días eran repetitivos para Taehyung, su vida consistía en ir a la escuela, pasar desapercibido entre los alumnos, hacer sus actividades y volver a su hogar. Tan monótono.

Hace mucho tiempo había dejado de sentir esa "alegría", al levantarse en las mañanas mientras se miraba a el espejo solo podía observar una sombra gris sin una pizca de color, todo se había vuelto tan triste y sin vida como él. Por más que buscaba algún indicio de felicidad en su vida, no lo lograba, pero ¿por qué?, ¿por qué él no podía sentirse como sus compañeros? Se sentía de lo más frustrado, por donde lo miraba era imposible que el se sintiera así, su madre se preocupaba por el, a el no le importaba del todo, pero era frustrante. 

Taehyung dedujo esto como una " falta de el color ", a través de sus ojos todo se ve opaco, triste y nublado, las personas parecían irradiar alguna especie de luz cada que sonreían, pero para el azabache era difícil notarlo.  

Despertó un día como cualquier otro, se levanto de su cama, se dirigió al baño y se aseo sin emoción aparente, cada mañana para el era una tortura y un fastidio, podía ver personas a través de su ventana sonriendo y yendo hacia su destino como si fuera lo mejor de el mundo.

Patético — pensó en voz alta Taehyung al pasar esto por su cabeza.

Al decidir su descuidada vestimenta y bajar las escaleras encontró a su madre sentada en la mesa de el comedor tomando de forma pacífica su café de cada mañana y con un par de toppers frente a ella.

Buenos días, mamá — saludó él con un beso en la mejilla de su madre.

Buenos días cariño — sonrió la mujer haciendo que las pequeñas arrugas a los costados de sus ojos se hicieran más notables — te hice el almuerzo — señaló los envases de plástico.

Taehyung intentó sonreír pero en vez de eso salió una mueca — gracias — se despidió de ella tomando su almuerzo y saliendo de su casa tomando camino a su escuela.

Al llegar a esta hizo su rutina de todos los días, se dirigió a su casillero y sacó los cuadernos y libros que usaría ese día.

Hola TaeTae! — gritó eufórica una chica sonriente y de largos cabellos rubios, caminó a lado de él cuando lo alcanzó.

Ah... Da-hye, hola — saludó sin animo.

¿Pasó algo? — preguntó extrañada por el bajo -más de lo normal- animo de su mejor amigo.

¿Ah? No, nada fuera de lo normal — alzó sus hombros sin importancia hacia las palabras de su amiga.

Hicieron su recorrido usual hacia su salón de clases, tomaron sus clases como normalmente lo hacen, Taehyung sentándose en la parte trasera de el salón y Da-hye frente a el, las horas pasaron de manera tortuosa y aburrida, varios ojos se posaban en el reloj que se encontraba en el aula, añorando que la hora de el almuerzo llegara pronto, las suplicas al parecer fueron escuchadas al sonar el timbre, salieron de forma desordenada dejando dentro solo a el opaco chico junto a su amiga.

Tranquilamente llevaron sus pasos a la cafetería junto con sus almuerzos hacia la mesa más alejada de el alboroto.

¿Y que hiciste el fin de semana Tae? —  intentó iniciar una conversación coloquial con su mejor amigo intentando elevar su animo.

- En realidad, nada - apuñaló su popote sobre el orificio de su jugo y comenzó a tomarlo, mantenía una mirada perdida en la nada absoluta, sus ojos vagaban de vez en cuando por las mesas de la amplia cafetería sin enfocarse en un punto en específico, hasta que algo llamó su atención, o alguien.

Sus glóbulos oculares se posaron directamente en un muchacho alto de ojos pequeños y sonrisa con sobresalientes dientes de conejo, se encontraba en la mesa en frente de ellos, sin saber el porqué quedó encantado con aquella imagen del joven riendo, su sentido auditivo se amplió dejandolo escuchar con más claridad la melodiosa risa del otro, sentó en sus oídos como una hermosa sinfonía, la mejor que había escuchado nunca.

Fue inevitable que una pequeña - pero bastante notable - sonrisa escapara de sus labios, sus ojos tomaron un brillo que jamás se vió en él, su corazón palpitaba de manera desenfrenada, no supo cómo ni en que momento, pero todo fue una mezcla de colores.

Desde ese día Taehyung decidió hacer una carta cada martes y entregársela a quien había estado observando por mucho tiempo, Jeon Jungkook.

Desde ese día Taehyung decidió hacer una carta cada martes y entregársela a quien había estado observando por mucho tiempo, Jeon Jungkook

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Holaaaaa! Perdón por no subir nada, pero estaba ocupada conmigo misma y preocupada por mis calificaciones, pero todo salió bien y no me fuí a ningún extra 😔👌🏻, espero les guste el capítulo, comenten o no vuelvo a subir capitulo en mi vida :D.

bEsOs eN tU kOlA.

-Bolas4Cayon

COLORS✨ KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora