Cuarentena en España

#5

— Bien chavales, iré a hacer las compras —

Otro día de encierro.
A España le tocaba ir por las compras, ¿y por qué no manda a alguno de sus hijos? Simple, no confía en ellos para dicha tarea, puesto que siempre terminan comprando cualquier pendejada que se encuentren en el camino menos lo que debían comprar.

— Está bien papá — le respondieron los cinco latinos desde la sala

— Os ruego que os porteis bien y no hagais gilipolleses — les dijo/suplicó antes de colocarse su cubre bocas

— ¿Vos nos crees capaz? — preguntó Argentina en un tono indignado. España solo lo miró alzando una ceja, creo que la respuesta es más que obvia — Auch viejo —

El español solo soltó una leve risa y se fue de camino al súper mercado.

¿Pero de verdad creen que los latinos se quedarían quietos sin hacer estupideces? Obvio que no.

— ¿Ya se fue? — preguntó Uruguay viendo a Chile, este asintió

— ¿Que vas a hacer pelotudo? — preguntó el argentino viéndolo seriamente

— ¿Y si nos perforamos las orejas? — ignoró completamente a su hermano

— ¿Por que o qué? — lo miró el chileno

— ¿Por qué no? Che se vería interesante —

— Nadie se va a perforar nada sin el equipo correcto — se metió el peruano a la plática — ¿Tienes el equipo para hacerlo Uru? — le preguntó

— Obvio — le respondió muy seguro de si mismo — Lo compré justo antes de venir hacía acá —

— ¿Que compraste? — llegó el mexicano de la cocina, comiendo un chocolate

— Pe, ¿que ya no habían más chocolates? — el peruano miró extrañado a su hermano

El mexicano solo colocó su dedo índice delante de sus labios y soltó un pequeño "shhh".

— Bueno no importa — volvió a hablar el chileno, mientras dirigía su vista a Uruguay — A ver weon, trae esa wea para acá —

El uruguayo fue de inmediato a su habitación a traer aquel equipo que había obtenido para mostrárselo a sus hermanos y tal vez, convencerlos.

— No me digas que le vas a hacer caso boludo — le habló el argentino al chileno

— ¿Que? Solo tengo curiosidad — le respondió

— Yo no se ni de que están hablando — habló el mexicano dándole otro mordisco a su chocolate

— De una pelotudez que compró este pibe — ahora el argentino dirigió si vista al mexicano

— ¡Aquí está! — gritó el uruguayo desde las escaleras — ¿Lo probamos? —

— Nadie va a probar nada — le regañó el argentino — De seguro no sabés ni como se usa esa boludez —

— ¡Si sé! — se apresuró a contestar — He visto tutoriales de como usar esto desde la semana pasada —

— Aún así, no lo vas a usar Uruguay — le habló seriamente el argentino

— ¿Ah no? — le respondió desafiante mientras si vista se posaba en México, este último solo se puso un poco nervioso por como lo veía el más bajo

><><><><><><

— Si me vas a pagar mis 50 dólares, ¿verdad? —