11-M

Capítulo 4 "El vestido amarillo"

Al ver que más personas necesitaban ayuda, el señor Fernando no dudó en buscar la forma de ser solidario. Junto a una banca se encontraba una señora a punto de dar a luz y rápidamente se acercó para ofrecer su ayuda. Los minutos pasaban y la ambulancia no daba señales de su llegada. Alguien debía ayudar a la señora de inmediato. Para su suerte, no era la primera vez que el señor Fernando se encontraba en una situación similar, pues cuando él era más joven ayudó a su prima a que el nacimiento de su bebé se diera en buenas condiciones, ya que habían tenido un accidente y el tiempo no se prestaba para poder llegar a una unidad de salud. Era momento de recordar todo lo que Fernando era capaz de hacer. Todo salió bien. El bebé nació bien, pero para asegurarse lo trasladaron al hospital más cercano. La señora le agradeció por la ayuda recibida por parte de Fernando.

Ya era hora de que Fernando regresara a casa, de lo contrario su esposa se preocuparía por su retardo. Fernando apresuró el paso tomando el camino de costumbre. Una de las calles que acostumbraba para su regreso se encontraba cerrada para evitar el tránsito de personas a través de ella, razón por la cual tuvo que desviarse. Miró hacia lo lejos y se percató de que la siguiente calle también se encontraba bloqueada, así que continuó caminando, pasando cerca de una tienda de ropa pequeña. La siguiente calle estaba llena de muchísimos negocios, en su mayoría aquellos que se dedican a la venta de productos del hogar y muchos otros de tiendas de ropa. Cuando llegó a la siguiente calle vio que al igual que él había muchas más personas que se encontraban transitando por ahí porque se habían cerrado varias calles por las explosiones anteriores. Justo cuando caminaba por la mitad de la calle vio el vestido amarillo de flores que le prometió a Esmeralda, pero que aún no había podido comprárselo por la mala situación económica que han tenido desde hace unos meses atrás. Al verlo suspiró y dijo:

—Algún día lo tendré para ella.