Esmeralda trataba de mantenerse tranquila hasta que su hija llegara, pero tal parecía que con el paso de los minutos esto se volvía cada vez más complicado. De tanto esperar, Esmeralda se quedó dormida en el sillón dejando caer un reloj que sostenía en las manos. De pronto se escuchó que alguien tocaba el timbre desesperadamente, lo que provocó que Esmeralda se despertara de un solo salto. ¿Quién había tocado la puerta?, ¿acaso eran noticias malas? Sin hacerse más líos en la cabeza abrió la puerta. Era Sofía que ya había llegado.
—Perdón por la tardanza, las calles están bloqueadas —dijo Sofía algo apenada—. ¿Ya sabes algo de él?
—No, aún no sé nada —dijo Esmeralda con la voz entrecortada.
—Hay que esperar un poco más.
Pasaron las horas. Ya eran las 6:15 pm, la hora en la que normalmente Fernando llegaba a la casa después de una larga jornada de trabajo. Ambas decidieron esperar más tiempo, porque recordaron que varias calles habían sido bloqueadas para evitar el tránsito concurrido de personas y evitar que más de ellas salieran heridas por las explosiones. La mayoría de esas calles eran rutas principales que normalmente estaban llenas de gente, esto debido a que tenían muchos establecimientos y negocios de mucha variedad y solían ser puntos de reunión para familias y amigos.
Ambas no quitaban la vista del reloj que estaba en la pared y del teléfono celular. La preocupación aumentaba con el paso del tiempo. Pronto se les ocurrió encender el televisor y ver las noticias. Quizás ahí podían saber con más detalle lo que sucedió después del accidente.
Llamada entrante:
Esmeralda y Sofía se levantaron del sillón de inmediato, con las esperanzas de que fuera Fernando.
—¿Papá? —preguntó Sofía.
—No, soy Eduardo. ¿Qué pasó con papá? Acabo de enterarme de lo que pasó —dijo un poco confundido.
—Desde que salió para ir a su trabajo no ha regresado.
—Ahora mismo tomo un vuelo para allá. Adiós —dijo Eduardo siendo cortante.
Fin de la llamada.
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11-M
Historical FictionLa historia habla de una familia española que vive en la ciudad de Madrid, España. Simplemente vivían felices, no necesitaban nada más para serlo. Pero su felicidad no duró mucho cuando el día 11 de marzo del 2004 sucedió un atentado en la ciudad qu...