SONETO-ORACIÓN

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A Ti me vuelvo, gran Señor, que alzaste,

a costa de Tu sangre y de Tu vida

la mísera de Adán primer caída,

y adonde él nos perdió Tú nos cobraste.

A Ti, Pastor bendito, que buscaste

de la cien ovejuelas la pérdida,

y  hallándola del lobo perseguida,

sobre tus hombros santos te la echaste.

A Ti me vuelvo en mi aflicción amarga

y a Ti toca, Señor, el darme ayuda,

que soy cordera de tu aprisco ausente

y temo que a carrera corta o larga

cuando a mi daño tu favor no acuda

me ha de alcanzar esta infernal serpiente.

Miguel de Cervantes Saavedra.

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⏰ Última actualización: May 20, 2020 ⏰

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