t r e i n t a

13K 1.2K 202
                                    

Ninguno de los tributos se molestó en llegar temprano al entrenamiento, la mayoría de ellos no lo necesitaba y, quienes sí lo hacían, no estaban en las capacidades de presentarse, mucho menos de entrenar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Ninguno de los tributos se molestó en llegar temprano al entrenamiento, la mayoría de ellos no lo necesitaba y, quienes sí lo hacían, no estaban en las capacidades de presentarse, mucho menos de entrenar.

Finnick estaba a su lado, no habían hablado desde la noche anterior; de cualquier forma, la chica no tenía mucha ganas de intercambiar palabra con él. Se mantuvieron uno junto al otro en el elevador sin mirarse o conversar.

Llegaron al Centro de Entrenamiento, el cual había sido renovado: ahora había hologramas para entrenar con ellos, además de armas nuevas y estaciones diferentes a las usuales.

Maia buscó a Peeta con la mirada, lo encontró intentando arrojar una espada hacia la pared. «Perfecto», pensó.

Se acercó a él con confianza, como si se conocieran.

—Es mejor si la arrojas así —le dijo la chica, mostrándole cómo agarrar la espada.

Peeta le sonrió en forma de agradecimiento.

—Vamos, inténtalo —lo alentó Maia.

—Es sólo que... nunca he arrojado una espada —confesó avergonzado.

Maia rió ligeramente.

—Nada de qué preocuparse, muchos no lo han hecho. Te mostraré.

Maia tomó la espada, que fácilmente se acopló a su mano, y la arrojó a la diana que tenía enfrente. Justo en el blanco.

—Ahora tú —dijo Maia, dándole espacio.

Peeta la miró nervioso y Maia le sonrió, intentando tranquilizarlo. Peeta le caía bien, a diferencia de Katniss y el resto de los tributos, él parecía ser real.

El rubio arrojó la espada y logró clavarla muy cerca del centro, Maia sonrió de oreja a oreja.

—¿Ves? Es sencillo si tomas la espada de la forma adecuada.

El resto de la mañana la pasó con Peeta, arrojando espadas a la pared y mostrándole cómo empuñarlas. Sabía que Peeta comenzaba a confiar en ella, se había mostrado encantadora y lo había ayudado. No era difícil ser amable con Peeta, él propiciaba eso, era tan dulce que era imposible ser odiosa a su lado.

Terminaron por sentarse a descansar, Maia podía sentir la mirada de Katniss taladrándole la espalda, pero decidió hacer caso omiso; eso iba mucho más allá de ella.

—Tu prometida está por clavarme una de sus flechas —dijo Maia, haciendo que Peeta riera.

—Ella no está muy de acuerdo en conseguir aliados —admitió, después de mostrar una linda sonrisa.

—¿Y tú?

—Creo que mientras más ayuda tengamos, mejor.

Maia asintió.

shadow || finnick odairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora