Historias Perdidas

Comienzos

Ya va casi un año, que mi madre parece perdida en su mundo. No recuerda nada por más de 5 minutos y al parecer tiene una relación estrecha con el baño y papel sanitario. Valla quien diría que la gran Margarita, (así se llama mi madre) , hoy sería solo un ramito de violetas pequeñas marchitandose con el tiempo. El alzaimer es sin duda una enfermedad muy triste, te quita todos tus recuerdos, tu familia, tu independencia, pero tambien te quita toda tu esencia, la de mi madre era ser tremendamente imponente, a tal punto de causarte un gran temor.

Hoy toco hacer la limpieza oficial de su casa, ya que desde mañana seremos compañeras oficiales en lo que le queda de su vejez. Miró y siento cada rincón de esta casa que me albergó por más de 25 años y me estremezco de manera involuntaria, pues mi madre no fue siempre una dulce y tierna  viejecita.
Vamos que tampoco era una mala madre como en los casos de tv, pero como solía practicarse en la antigüedad, mamá nos daba duro y parejo,  sobretodo a mi que era  la menor.
Bueno mi nombre es Kely, soy la hija menor de Margarita, somos tres hermanas, todas hijas de la misma madre, aunque si de distinto padre, creo que mamá no solía encontrar el amor muy fácilmente.

Bueno mamá solía escribir toda su vida en un pequeño libro color marrón , en ese entonces no entendía el porqué de esa fascinación por escribir cada noche. Era como una especie de confesionario, un culto a ella misma. Más bien eso pensaba yo, hasta que un día tube la oportunidad de leerlo, y rápidamente entendí que tenía en mis manos las  partes más Intimas de su vida más privada, esas partes que varias de nosotras, solo guardamos para nosotras mismas. Pero bueno comenzaré desde el principio creo que una historia como esta vale la pena comenzarla así.

Margarita era la segunda hija mayor de cuatro hermanos, Alberto era el mayor de todos, era el hermano bondadoso, y tierno que siempre estaba a su lado. Se educó rapidamente y encontró una gran fascinación por las apuestas y los caballo, ahí conocio a su esposa  hija de un corredor, con la cual tubieron. dos hijos. Luego consiguió trabajo en la fábricas de bombas de Cardoen en la ciudad de Iquique, pero tristemente no duró mucho que digamos pues un día cualquiera murió en una de las explosión es más grandes del norte grande, todo mientras jugaban a pasarce las bomba de racimos, manitos a manitos.

Mi madre siempre contaba esa historia, pues cuando sucedió este accidente ella estaba embarazada de mi, y tocó acompañar a mi abuela a reconocer sus restos o mejor dicho lo que quedaba del cadaver.  Ella siempre me contaba que ese día fue horrible, primero por que se enteraron por la televisión, de la explosión más grande de la ciudad de Iquique en pozo al monte, luego creo que mi abuela entró en una especie de shok y se tiro a las ruedas de una micro antigua, gracias a Dios, los vecinos la tomaron justo a tiempo. El viaje a Iquique fue lo peor, era un bus lleno de familias de las víctimas de la explosión, una mescla de llantos, lamentos y pena.

Tristemente al llegar sólo les dieron una bolsa cerrada con trozos de las personas, según mi mamá fue todo más simbólico que un reconocimiento. Pero bueno mi abuela perdía a su hijo y ella perdía a su mejor amigo, mientras  yo solo pensaba como no me perdió a mi, con tantas emociones en un día.

El que seguía de ella era el típico hermano favorito de la abuela, Juan o Juanito como lo llamaban.  Era el típico hermanito blanco de ojos claros, con aires de grandeza. Desde pequeño, cúando contaba mi madre, apenas tenían para comer tarde mal y nunca, mi tío gustaba de dar órdenes a las hermanas pues según el, era el hombre de la casa y debían obedecerlo.

Si se preguntaran por el abuelo, bueno solo diré que, era un hombre muy guapo, rubio de ojos azules. Usaba uniforme verde, y era muy pícaro con las damas. Se casaron con mi abuela muy jóvenes, por lo que solo llegaba a casa a dejarle un hijo y a conocer el anterior. Luego seguía su camino, y así año tras año, hasta que un día mi abuela no lo soporto más y le quemo la espalda con una plancha a carbón, por dárselas de simpaticon.

La menor de todas era la patito feo como decía el abuelo, la pequeña Ana, literalmente era la más pequeña, pues cuando nació, contaba la abuela que caía en una caja de zapatos y hasta con luz la ponían, igual que a los pollos, cuando deben tener más calor.

Mi madre era la consentida de su abuela Elvira , la verdad su mamá tenía un trato distinto hacia ella, en comparación a sus hermanos, fue en uno de sus escritos que comencé a entenderlo'' hoy mamá estubo molesta todo el día conmigo, dice que tengo los genes de mi padre, yo solo quería mostrarle como podía cantarle una linda canción, al parecer, no le gustó mucho, pero mi abuelita Elvira me dijo que tenía una linda voz, aveces desearía que mi mamá se pareciera más a mi abuelita''.

A medida que iba creciendo, los problemas con su mamá eran más notorios, la abuela le prohibió ir al colegio, para seguir una carrera, según ella el colegio era para los varones de la casa, ellos son quienes llevan las riendas del hogar y la familia. La mujer debe saber las cosas de hogar, lavar, planchar y estirar, algo que mi mamá no compartía para nada.

Ella quería ser una secretaria o doctora para los pobres, sin embargo en sus años las escuelas enseñaban costuras y peluquería, así que mamá aprovecho de aprender lo que más pudo mientras la dejaron estudiar. A los 16 años conoció a su primer amor, un chico que era amigo del pololo de su prima, que trabalenguas no.

Adolfo se enamoro a primera vista de mamá, pues ella siempre fue una mujer muy bella, tenía su cabello largo y rizado con suaves ondas color cobrizo. Largas pestañas pobladas, que adornaban perfectamente sus tan especiales ojos pardo, con manchitas en forma de pecas igual a las de un leopardo. Era una chica alta de 1,75, delgada, de curvas pronunciadas, con manos y piel de porcelana. Solo con el frío rubor de sus mejillas por las mañanas.

Su noviazgo, era el típico de su época, idas al cine, en la matine de las 12 y salidas acompañadas de su madre y abuela ala plaza principal, donde los enamorados se paciaban, como ganado de mercadería, apuntó de comprar. Siempre me platicaba como había sido su postura de argollas, creo que el fieston duro más de tres días, y eso que aún no era el matrimonio. Un día en esas pequeñas salidas a solas, su novio la llevó al cine de las 12 de la tarde, pero como nunca hay buen tercio, la pequeña patito feo, hiso de las suyas y por no querer llevarla con ellos, no encontró nada mejor que acusarla con su mamá.

Vale decir que a mi pobre madre,  le faltó un poquito de coraje, para salir arrancando  de tremenda paliza que le dio mi abuela,me sonaba como a crónicas de una muerte anunciada. Mi abuela pensando que ella y el novio, habían hecho de las suyas en el cine de las 12, desonrrando a la honrra familiar, esto obviamente por las intrigas y por las acusaciones de la pequeña malvada Ana  alias patito feo.  Pues bien, fue merecedora de veintidos palos en su espalda, por salir a solas con su novio. Y sabe que fue esa cantidad pues los contó uno a uno.

Mi abuela tras terminar con el bendito castigo y llenarla de  maldiciones por la supuesta desonrra a su familia, la encerró en la pieza del techo y la dejó ahí llorando hasta a dormir. Pero no todo podía ser tan malo, el amigo de Adolfo pololo de la prima de mi mamá, le contó todo lo sucedido y obviamente como buen enamorado, no dudo en ir inmediatamente a proponerle matrimonio frente a acusaciones tan graves, el problema era que mamá no tenía pensado en casarse tan joven, ella aún quería estudiar, y ser alguien en la vida, sin embargo algo se rompió ese día y no habló de una costilla ella cito '' no logro entender a mamá, como puede pensar asi de mi, que soy su hija. Todo por un rumor de una pequeña berrinchuda, que no logro salirse con la suya. Creo que es hora de partir, y si bien no estoy preparada para esto, será mucho mejor que otros veintidós palos por querer hacer mi vida, será un pequeño adiós mamá. ''